San Isidro se muda a Milán
Real Madrid y Atlético vuelven a protagonizar uno de los partidos más importantes, con el recuerdo de lo sucedido en Lisboa dos años atrás · Los aficionados se desplazarán en masa.
Francisco Quirós
27/5/2016 - 12:32
Se acabó la espera. Dos semanas después de que la Liga llegase a su fin, la temporada 2015-2016 a nivel de clubes bajará el telón este sábado 28 de mayo (20:45 horas) y lo hará de la mejor manera posible: con la final de la Liga de Campeones. Por tercera vez en la historia, dos equipos españoles disputarán el partido decisivo, curiosamente los mismos que lo protagonizaron en la edición de 2014 en la ciudad de Lisboa.
Más allá de lo que suceda en el terreno de juego, la fiesta está asegurada, especialmente para los miles de aficionados de ambos conjuntos que se desplazarán hasta la ciudad de Milán. Una muestra de ello son 'La Gran Familia' y 'Tomahawk', peñas del Real y el Atlético, respectivamente.
ORGANIZACIÓN
Antonio Armero, vocal de la directiva de la agrupación merengue, habla con GENTE pocas horas antes de viajar a la capital lombarda, para comentar que su peña lleva más de 25 años gestionando eventos de este tipo para estar al lado del equipo blanco. "Antiguamente íbamos a los partidos de Liga por toda España, pero con la subida del precio de las entradas lo hemos limitado bastante. En cada edición de la Champions organizamos tres o cuatro viajes", describe, recordando que, de cara a la cita de Milán, se pusieron manos a la obra nada más acabar la eliminatoria de semifinales con el Manchester City.
Ese mismo tiempo fue el que tardó la peña atlética 'Tomahawk' para organizar la particular peregrinación hasta Italia. "Iremos 16 miembros, aunque algunos de ellos han salido en la mañana del miércoles para aprovechar el viaje y hacer algo de turismo. Se han ido a Pisa, pero el sábado nos encontraremos todos en Milán", destaca Ignacio Martín, presidente de la formación. Lo que también comparten ambas agrupaciones son los problemas a la hora de hacerse con una entrada. "Estaremos desperdigados por diferentes sitios de las gradas de San Siro", lamenta el aficionado rojiblanco, mientras que Antonio Armero asegura que irá a la gran final "por los pelos", ya que no fue uno de los agraciados en el sorteo de entradas y acabó consiguiendo una gracias a que tiene una sobrina que trabaja en el club blanco y que le cedió una de las que le corresponde por ser empleada.
RECUERDOS SEGÚN COLORES
Tanto Antonio Armero como Ignacio Martín estuvieron presentes en el partido de Lisboa, del que guardan, lógicamente, unos recuerdos dispares. "Cuando el árbitro levantó el cartelón con el tiempo añadido pensé que estaba todo perdido y empecé a hacerme a la idea de aguantar las burlas de los aficionados rojiblancos, pero cuando marcó Ramos supe que no se nos escapaba", rememora Armero. Por su parte, Martín se queda con que "durante el día fue una verdadera fiesta", aunque lamenta que después del partido tuviera que ver a gente mayor y niños llorando. "El fútbol te da grandes alegrías, pero también deja momentos verdaderamente tristes", finaliza.
SIN PRONÓSTICOS
No tocar la copa antes de saltar al campo es una de las manías más repetidas entre los futbolistas. Siguiendo ese ejemplo, parece que los aficionados también han establecido una especie de código de la superstición, esta vez relacionado con los pronósticos. "No me gustan las 'porras', pero creo y confío en que vamos a ganar", dice Armero, seguidor madridista. "A mí tampoco me gustan los pronósticos, soy como el 'Cholo', muy maniático", asegura Ignacio Martín, seguidor rojiblanco.
| UN BUEN PELLIZCO PARA EL BOLSILLO |
| Acompañar al equipo de tu vida en una final es el sueño de todo aficionado, pero eso implica gastar una buena cantidad de dinero. Viajar en el mismo día del partido tiene un coste de unos 550 euros en el caso de optar por el avión como método de transporte, a los que se debe sumar la entrada, que oscila entre los 70 y los 440 euros, y, en su caso, la estancia hotelera. |
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