El club de Vallecas apuesta por un hombre de la casa, Míchel, para intentar reflotar un proyecto deportivo que puede firmar un nuevo descenso a Segunda B. La era Baraja ya es historia.
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Tres entrenadores han pasado ya en esta temporada por el banquillo franjirrojo
F. Q. Soriano
24/2/2017 - 10:10
Después de 26 partidos y dos entrenadores, el rumbo del Rayo Vallecano sigue siendo igual de errático que la pasada temporada, es decir, la permanencia vuelve a ser el angustioso objetivo para el conjunto franjirrojo, eso sí, con una diferencia notable: en esta ocasión no acecha la caída a Segunda División, sino el descenso al pozo de la Segunda B, una categoría cuya dureza ya comprobó en sus propias carnes el equipo de la franja a mediados de la década anterior.
De hecho es precisamente eso, el recuerdo reciente, lo que más preocupa a los aficionados rayistas. La temporada 2002-2003 supuso el descenso a Segunda, una categoría en la que tuvo un paso fugaz, ya que apenas doce meses después pasaba a competir en la división de bronce. Respecto a aquella temporada, el botín actual del Rayo es sensiblemente peor: 28 puntos en 26 jornadas, tres menos que a esas alturas de la fatídica campaña 2003-2004.
Con todo, lo peor quizás no sea la situación clasificatoria, ya que todavía no está en puestos de descenso, a pesar de la derrota sufrida el pasado domingo con un rival directo como el Mirandés (1-2), sino la atmósfera que rodea al club, con una afición que ha llegado a torpedear el fichaje del ucraniano Zozulya y que ha dejado patente su desencuentro con el presidente, Raúl Martín Presa.
LA SOLUCIÓN
Para situaciones de emergencia como esta, el Rayo parece dispuesto a no seguir experimentando y, tras los fiascos de José Ramón Sandoval y Rubén Baraja, las riendas las tomará un hombre de la casa: Miguel Ángel Sánchez Muñoz, Míchel. El nuevo entrenador rayista es santo y seña del club, ya que se formó en la cantera vallecana antes de dar el salto al primer equipo, donde pasó casi toda su trayectoria como profesional, a excepción de un breve paso por el Real Murcia, y del que fue capitán a las duras (el descenso a Segunda B o la amenaza de huelga por impagos en 2011) y a las maduras (la participación en la Copa de la UEFA en 2000). Para comenzar a saber si Míchel es el revulsivo que necesita el Rayo habrá que esperar hasta la visita de este sábado (20 horas) al Coliseum de Getafe.
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