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Belén Rueda: "Las ganas de hacer las cosas suplen la falta de experiencia en África"

La actriz acaba de estrenar en los cines su última película, 'El cuaderno de Sara'. El film cuenta el reencuentro de dos hermanas en África. Este continente ha sorprendido a la actriz, que no ha dudado en ayudar a sus habitantes.

Archivado en: entrevistas, Belén Rueda

Mamen Crespo
09/2/2018 - 10:25

A Belén Rueda no le hizo falta recibir uno de los premios Goya el sábado durante la Gala. Y es que ella tuvo su propio galardón el pasado fin de semana, ya que 'El cuaderno de Sara' fue la película más taquillera del cine español, con alrededor de 900.000 euros de facturación. Estos días sigue con la promoción, visiblemente feliz porque todo lo que toca lo convierte en éxito.

Eres uno de los rostros más queridos de la televisión y llevas un carrerón imparable. Eres el claro ejemplo de que quien triunfa en la pequeña pantalla puede hacerlo en el cine.
Sí, también es verdad que todo ha cambiado bastante en estos últimos años. Ya hay muchos actores que han trabajado en televisión que dan el salto al cine sin ningún prejuicio. Pero yo viví la época en la que o eras actriz de televisión o de cine. No le podré agradecer nunca lo suficiente a Alejandro Amenábar, su director, que se empeñara en que hiciera la maravillosa película de 'Mar Adentro'. Él rompió un poco el hielo con este tema.

¿Imaginaste alguna vez que llegarías a donde has llegado?
No, y creo que todos los prejuicios no servían de nada porque trabajando, da igual donde sea, lo que tienes que hacer es adaptarte y cambiar algunos chips.

A pesar de que acabas de perder a tu madre y nos consta que lo estás pasando mal, se te ve radiante. ¿Te consideras una mujer fuerte?
Sabes qué pasa, que la vida te quita, pero te da por otro lado también y cuando estamos pasando cosas maravillosas, creo que a esas personas que ya no están les encantaría que estuvieras así. Tengo mis ratos de bajón, lo que pasa es que estoy en un momento profesional maravilloso y mis hijas están fantásticas y me dan muchísimas satisfacciones.

En 2017 no te ha podido ir mejor.
Ha sido un año maravilloso. Hace poco vine del estreno de una película que hicimos en Argentina y nada más llegar a España empecé con la promoción de esta.

¿Qué Belén vamos a encontrarnos en 'El Cuaderno de Sara'?
Pues muy diferente a la que la gente ha visto hace muy poco en 'Perfectos desconocidos'. He conseguido entenderme desde el principio con el director, que tiene una sensibilidad muy especial para contar la historia de dos hermanas que no entienden, ni una ni la otra, la decisión de vida que han tomado. A través de un viaje por África en todos los sentidos, físico y emocional, consiguen entenderse. Mi hermana es Marian Álvarez, que hace el personaje de Sara. Es una médico cooperante que pasa mucho tiempo en África salvando vidas. Para Laura, que soy yo, su hermana mayor, se desentiende de los problemas familiares y no se preocupa de nuestro padre. Entonces no entiende que sea capaz de ir a solucionar todo eso cuando él está como está, que dentro de poco ni la va a reconocer.

¿Cómo has vivido este viaje?
En la película se plantea un conflicto como el del coltán, un mineral que es un conductor muy potente que se usa en los móviles y tablets y provoca muchísimas muertes en Congo y no somos conscientes. Ha sido brutal porque vas con muchos prejuicios. Estuvimos mes y medio en Uganda. De hecho, la mitad del equipo era de allí. No tienen experiencia de cine, pero sí mucha voluntad. Ha quedado más que comprobado que las ganas, la ilusión e involucrarse en un proyecto suple muchas veces la falta de experiencia. La violación allí es un arma de guerra y te cuentan todas sus historias con mucha generosidad. Somos conscientes de que es ficción, es una película, y tienes que contar muchas cosas.

¿Después de ver aquella realidad has venido dándole vueltas a alguna manera de ayudar?
Sí, de hecho todos hemos quedado tocados. Uno de los sitios donde rodamos fue un orfanato y las niñas nos contaban cuáles son sus aspiraciones y no son muy diferentes a las de aquí. Hablamos con una niña de 13 años que nos decía que quería estudiar Derecho no solo allí, sino también fuera, para saber qué pasa en otros sitios y poder volver a su país y defender a las mujeres. Me comentó que tenían un país muy rico, pero que siempre se lo robaban todo. Quería defender a su gente para que todo eso se quedara allí. Su habitación eran literas y sus pertenencias cabían en una caja de zapatos que tenía a los pies de la cama. La directora de este orfanato ya ha conseguido que algunas de las niñas estén en la universidad. Tenemos un proyecto con presupuesto suficiente para que les llegue el agua al orfanato, porque ahora tienen que hacer kilómetros para conseguirla.

¿Cómo miras la vida ahora, a los 52 años?
A mí me siguen sorprendiendo las cosas. Creo que no hay que dejar nunca de lado la ilusión, pero también es verdad que hay otras que me preocupaban mucho antes o que ocupaba mucho tiempo en ellas y ahora ya no tanto. Cuando estás empezando en el trabajo o con las amistades te preocupa mucho el qué dirán. Con esta edad me doy cuenta de que es verdad que cada uno es único e irrepetible y tiene que buscar su propio camino.

¿Con qué sueñas a nivel profesional?
Con que me sigan llegando proyectos tan maravillosos como hasta ahora. El trabajo me da la vida y tengo la suerte de dedicarme a lo que más me gusta.

¿Y a nivel personal?
Con poder seguir disfrutando de la vida, que me siga sorprendiendo como me ha sorprendido este año. Estoy muy feliz a todos los niveles. Mis hijas ya emprenden su propio camino y yo vivo cada día con muchísima ilusión. Lo único que deseo es que la enfermedad no se cebe con mi familia.

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