España, rojo esperanza
La selección llegaba al Mundial con ilusiones renovadas tras una fase de clasificación inmaculada. Su rendimiento ha pasado a ser una incógnita tras la destitución exprés de Julen Lopetegui el pasado miércoles.
Fernando Hierro toma el relevo de Julen Lopetegui al frente de la selección
Francisco Quirós
15/6/2018 - 07:48
Llegar a un Mundial con expectativas de hacer algo grande no es una situación novedosa para la selección española. Echando un vistazo a la historia se puede confirmar que la ilusión de los aficionados por ver a la 'Roja' en las rondas finales del torneo más importante del globo ha sido un ejercicio más o menos habitual, por más que la sensación acabara siendo la misma.
La maldición de los cuartos de final y la frase 'jugamos como nunca, perdimos como siempre' se convirtieron en fantasmas del pasado en 2010, gracias al gol de Iniesta en el minuto 116 ante Holanda, a las paradas milagrosas de Casillas ante Robben, al olfato de Villa ante Portugal y Paraguay o al cabezazo eterno de Puyol en las semifinales ante Alemania.
Si se repasa ese lustro extraordinario de la selección española se llega a la conclusión de que, efectivamente, para hacer algo grande en un torneo de este nivel hace falta tener un equipo de tronío, pero que también intervengan otros factores como la diosa fortuna para acabar alzando el preciado trofeo.
RAZONES PARA LA FE
De lo primero, de jugadores de calidad, España va más que preparada. A los Piqué, Ramos, Busquets e Iniesta se les han sumado futbolistas cuya presencia en Rusia se sostiene por su excelente temporada y, además, por haber demostrado que no les pesa el hecho trascendente de enfundarse la 'Roja'. Así, a Costa, Carvajal, De Gea e Isco se han unido Aspas, Asensio o Rodrigo Moreno, nombres que, entre todos, conforman algo de lo que España adolecía en los fallidos intentos del Mundial de Brasil 2014 y la Eurocopa de Francia 2016: un plan 'B'.
Sin embargo, todas estas lógicas tácticas pasan a tener un valor mínimo o nulo después de la tormenta que ha vivido en la última semana el entorno del combinado nacional. En menos de 24 horas se conocía que el seleccionador Julen Lopetegui se había comprometido a dirigir al Real Madrid de cara a la próxima temporada (tras haber anunciado recientemente su renovación por dos años más con la 'Roja'), lo que desembocó en una drástica decisión del nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a través de una destitución.
OPCIONES
Antes de todo esto, mimbres había de sobra para que el 15 de julio Sergio Ramos repitiese la icónica estampa de Iker Casillas en Johannesburgo ocho años atrás. Ahora, ya no tienen la palabra ni Rubiales ni Lopetegui, sino los 23 jugadores que tienen en sus manos dejar todo esto en mera anécdota o completar uno de los mayores esperpentos que ha protagonizado el fútbol español.
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