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Atrás quedaron los días en los que los niños tenían clase hasta las 18 horas -jornada partida- cuando existía la EGB. Una racionalización de horarios hizo que se fuese adelantando progresivamente la hora de salida de los centros escolares hasta las 17 horas. Ahora, en La Rioja, la mayoría de los colegios ha optado por una jornada continua, de 9 a 14 horas. Todos los públicos ya están adaptados a ese horario y los concertados, poco a poco, van apostando por esa jornada. En Logroño el último centro que sacó adelante abandonar la discontinua e instaurar la continua en el curso 2020-21 fue Jesuitas. Según información de la Consejería de Educación son 14 los centros educativos en la comunidad que en este curso 2019-2020 tienen jornada partida.

    En lo que va de año, seis colegios han sometido a votación cambiar a la continua. Los logroñeses Paula Montal, Escolapias, Jesuitas y Salesianos Domingo Savio, el alfareño La Salle-El Pilar y el arnedano Sagrado Corazón. Ni en Escolapias -que encaraba su tercer intento al respecto- ni en La Salle-El Pilar, ni en el Sagrado Corazón, ni en Salesianos prosperó la modificación. Porque para que esta salga adelante se debe obtener el voto favorable de, al menos, tres quintas partes del censo electoral, es decir, del 60%.

    ¿Cuál de las dos es mejor? Es la pregunta del millón. No existen estudios que prueben que una sea mejor o más recomendable que la otra. Ambas tienen sus ventajas e inconvenientes. En gran medida la situación familiar condiciona la decisión y decanta la balanza hacia un lado o el otro. Porque optar por una de ellas está innegablemente relacionado con la jornada laboral de los progenitores.

    En la mayoría de los casos, la jornada continua comprende de 9 a 14 horas, por lo que a los padres cuyo horario de trabajo se extiende hasta las 18 horas, por ejemplo, les provoca problemas de conciliación. Por este motivo en muchos centros se busca ofrecer alternativas para que los alumnos puedan permanecer en el colegio hasta las 17 o 18 horas -en algunos incluso más- realizando algún tipo de actividad. El principal problema radica en el coste que para muchas familias conllevaría dejar a sus hijos en actividades extraescolares.

PROYECTO ‘ESCUELA ABIERTA’
De ahí que desde la Consejería de Educación se esté trabajando para encontrar una solución al respecto. A partir del tercer trimestre se implantará en algunos centros una prueba piloto llamada ‘Escuela Abierta’. “Es un proyecto que va a recoger actividades en los centros, destinado sobre todo para alumnado en situación desfavorable y con pocos recursos económicos, para que puedan llevar a cabo actividades de refuerzo y actividades extraescolares, de 16 a 18.30 horas”, explica Jesús Jiménez, subdirector de Innovación Educativa del Gobierno riojano.

    “Hay horarios, por la tarde, que necesitan ser rellenados. Hasta la fecha, esas familias que tienen más dificultades de tipo económico, no podían permitirse dejar a sus hijos en actividades extraescolares y con ‘Escuela Abierta’ lo solucionaremos”. Aunque reconoce que no será gratuito para todo el mundo. “Habrá familias que se podrán apuntar también ahí, pero que deberán aportar una cantidad económica”, remarca. Con ‘Escuela Abierta’ los niños podrán hacer actividades, no solo de refuerzo de tareas, sino relacionadas con la robótica, las ciencias, la tecnología, el arte, el deporte o el teatro.

    Jiménez recuerda que en La Rioja empezó a impulsarse la jornada continua en el año 2006. “Lleva ya 13 años en funcionamiento y nadie se ha vuelto atrás”, reconoce.

    Jesuitas, por ejemplo, ha apostado por una jornada integradora. Desde el centro explican que cuando se planteó el cambio, se abrió la posibilidad de que las familias y el profesorado aportaran ideas y posibles mejoras para que este nuevo proyecto, que entrará en funcionamiento de cara al próximo curso escolar, atendiese a la mayor parte de la comunidad educativa. “Atenderá las necesidades de los niños y las inquietudes de las familias”, apuntan.

    En este sentido, se adelantará la hora de entrada (de las 9 a las 8.45 horas), habrá un recreo de 11.45 a 12.15 horas, mientras que las clases finalizarán a las 14.15 horas -ahí los alumnos podrán salir a sus casas a comer o quedarse en el comedor del centro-. Asimismo, se ofrecerá de 16.00 a 17.00 horas “un servicio gratuito de atención no curricular atendido por personal del centro”, es decir, hasta el mismo horario que actualmente es lectivo en el centro.

    Padres, profesores, médicos y expertos en el ámbito educativo coinciden en señalar que con la jornada continua los niños pueden llegar antes a casa. “Los tiempos están mejor estructurados: mañana de clase, comer en casa (o en el comedor) y luego tienen toda la tarde para hacer deberes, extraescolares o simplemente descansar”, subraya el subdirector general de Innovación Educativa. E insiste: “algo bueno tiene que tener la jornada continua, que no solo en La Rioja, sino en otras comunidades autónomas, donde se ha implantado, sigue”.

RITMOS CRONOBIOLÓGICOS
Entre los médicos de Atención Primaria, en concreto entre pediatras, hay disparidad de opiniones. Por eso Jaime Tella prefiere ofrecer la suya personal, “porque hay colegas que no están de acuerdo conmigo, pero en general la jornada continua es mejor”. Sí que es cierto que en función de la edad, la discontinua podría ser más beneficiosa, “pero no para los alumnos de Infantil y Primaria”. Porque justifica su punto de vista en que “la atención del niño es mayor en las primeras horas de la mañana”; no obstante, no obvia otras consideraciones realizadas por profesionales relativas a que “el acumulo de horas también puede afectar a la atención”. Tella aclara que el descanso a mediodía en una jornada partida es “relativo”, porque el niño “realmente no descansa; lo que hace es comer y volver al colegio; y si se queda en el comedor escolar, todavía descansa menos”. Y recuerda que los niños más pequeños están acostumbrados a un ritmo de guardería y “el primer año que van al colegio, con la discontinua, la jornada de tarde la pasan casi sin echar siesta; no sé qué aprovechamiento puede haber para ellos. Es mejor que acaben su jornada y luego vayan a su casa, coman y ahí siga, si es el caso, con actividades extraescolares”. Sobre estas, critica “la sobrecarga” a la que se ven sometidos muchos -en parte a causa de los horarios de trabajo de los padres-. “Llevan un ajetreo que nosotros, como adultos, no aguantaríamos y llegan al final de los trimestres muy agotados”.

     También sale al paso de quienes hablan de los ritmos cronobiológicos de los niños. “Se habla, como ya he dicho antes, de los horarios de mayor atención, pero también de los de las comidas”. Aunque considera que “salvo que sean malos comedores, si hacen un buen desayuno y almuerzan, pueden aguantar perfectamente la jornada continua”.

ALTERNATIVAS NECESARIAS
Esteban García, miembro de la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Centros Públicos de La Rioja (Fapa Rioja), señala que “sigue sin haber un estudio sobre el tema -en relación a si es mejor la jornada continua o partida- a ningún nivel, con lo cual no sabemos si con la implantación de la continua ha mejorado los niveles académicos o no de los niños”. Y en ese sentido insiste en afirmar que “estamos ante una situación de prueba que se prolonga en el tiempo, en la que no hay ninguna valoración sobre la jornada continua”. Por eso se muestra convencido de que sería necesario llevar a cabo “un estudio, una valoración pedagógica de los menores para saber si se ha producido algún cambio o mejora, porque realmente no tenemos ningún dato al respecto”.

    Por su parte, desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa Rioja), su presidente, Carlos Torres, subraya el interés de las familias de la concertada para sumarse a la jornada continua. “Desde Concapa Rioja siempre hemos mantenido una postura neutral al respecto, porque desde el punto de vista pedagógico nos encontramos tanto a defensores como detractores”. Por ello, unido a que desde el punto de vista de conciliación de las familias, “lo que viene bien a unas le puede venir mal a otras”, desde la confederación solo apuntan que “respetamos el resultado de los procesos de elección de jornada”.

    Porque para Torres, “cada familia tiene una percepción, una situación personal y unas prioridades que le hacen decantarse por un modelo u otro”. Por eso ve necesario que “para facilitar la libertad de elección de centro, existan alternativas que se adapten a las necesidades o deseos de las familias. Sería bueno que algunos concertados mantuvieran la partida”.