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PISCINAS

Un baño de responsabilidad

El ahogamiento es la segunda causa de mortalidad infantil accidental. Socorristas, vallados en las piscinas, supervisión y tener al menor a mano son las claves para pasar un verano sin sustos

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gentedigital.es/Liliana Pellicer
10/7/2015 - 10:26

El largo de un brazo. Esa es la distancia de seguridad que los pediatras recomiendan para evitar ahogamientos de menores. Algo tan sencillo como tener a los niños a mano. Cinco personas murieron el pasado fin de semana en el agua, ya fuera en piscinas, en el mar o en un río, y otras dos más el lunes en un negro balance que inaugura la temporada estival.

En 2013, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 2.208 personas, de los que 87 eran menores de 19 años, fallecieron por ahogamiento, sumersión y sofocación accidental. De hecho, el agua es la segunda causa de mortalidad infantil accidental, después de los siniestros en las carreteras.

Para evitar estos accidentes, que causan directamente 450 decesos anuales según la Asociación Española de Pediatría (AEP), los bañistas y los padres deben extremar sus precauciones y, en especial, la supervisión del niño en cualquier entorno acuático, incluido un cubo de agua. "Se entiende como vigilancia adecuada cuando la distancia es inferior a la longitud del brazo del cuidador, es decir, tenerlos al alcance", explica el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones no Intencionadas en la Infancia de la AEP en el texto 'Recomendaciones sobre prevención de ahogamientos".

A esto añaden la presencia de un socorrista, aunque el Ministerio de Sanidad insiste en que su deber es el salvamento no la supervisión, así como el cercado completo de la piscina y enseñar a los menores a nadar. Además, tanto los pediatras como Sanidad recuerdan que un menor puede ahogarse en tan sólo dos centímetros de agua, por lo que recomiendan vaciar cualquier recipiente después de su uso.

En cuanto a los adultos, los pediatras aconsejan el entrenamiento en maniobras de Reanimación Cardiopulmonar y una normativa de seguridad común para las piscinas que incluyan la prohibición de tirarse cabeza y la obligación de señalizar la profundidad. Además, ponen el acento en que alcohol y natación no es una buena combinación, ya que el 25% de los fallecimientos por ahogamiento en adolescentes está asociado a la bebida.

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