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El exalcalde de Corvera de Toranzo defiende que actuó con "los informes favorables de los técnicos"

Tanto él como la mujer de su antecesor niegan tener conocimientos para urdir el plan por el que les imputan

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20/2/2017 - 18:23

Tanto él como la mujer de su antecesor niegan tener conocimientos para urdir el plan por el que les imputan

SANTANDER, 20 (EUROPA PRESS)

El exalcalde de Corvera de Toranzo Miguel Ángel Ruiz (PP) ha asegurado que todos los documentos que firmó, y en base a los cuales la mujer de su antecesor en el cargo, José Luis Quevedo, se construyó una vivienda unifamiliar en suelo rústico en la localidad de Villegar, "tenían los informes favorables de los técnicos municipales" en cuya labor tenía "confianza".

Así lo ha señalado este lunes en el juicio que ha visto contra él y contra la mujer del anterior regidor la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria y que ha quedado visto para sentencia tras una larga sesión en la que la Fiscalía ha mantenido su petición de pena para Miguel Ángel Ruiz y ha elevado la solicitada para ML.A.

Mientras las defensas de ambos han pedido la absolución al considerar que no hay "prueba incriminatoria" que demuestre la "tesis conspiratoria" de la que se acusa a Miguel Ángel Ruiz y a ML.A., la Fiscalía ha mantenido la petición de tres años de cárcel para el primero por los delitos de falsedad documental y prevaricación urbanística y 11 años de inhabilitación para cargo público.

Para la mujer del anterior regidor, ha mantenido la pena de ocho meses por falsedad documental pero ha elevado la solicitada por el delito de prevaricación como "cooperadora necesaria" por el que, además de ocho años de inhabilitación, le reclama ahora 10 meses de prisión. Además, la fiscal solicita la demolición de la vivienda que en estos momentos es propiedad del hijo y la nuera de la acusada.

Por el contrario, la acusación particular, ejercida por el expedáneo de Villegar Alejandro Ríos (PP), ha rebajado las peticiones de pena para ambos pidiendo para Miguel Ángel Ruiz cinco años y nueve meses de prisión y 14 de inhabilitación y, para ella, tres años de cárcel.

SIN CONOCIMIENTO TÉCNICOS

Frente a las acusaciones, que han considerado que "los hechos ilícitos están claros y meridianos" y que ambos urdieron un plan para que ML.A. pudiese construir la vivienda en su finca de suelo rústico, Miguel Ángel Ruiz ha insistido en que no tenía ningún conocimiento urbanístico ni jurídico y que todo lo que firmaba en el Ayuntamiento era porque se lo ponían encima de la mesa ya con los informes favorables de los técnicos municipales.

Ha asegurado que su relación con la mujer de su antecesor, cuyo cargo ocupó después de que Quevedo cesó por inhabilitación penal, era como "con cualquier otro vecino" y ha negado que se reuniese con ella para redactar un convenio en el que ella cedía al Consistorio parte del terreno para poder construir a cambio en suelo rústico. Primero ha enfatizado que, según pudo saber, parte de la finca era rústica y otra parte urbana y es en esta última donde se iba a construir, extremo que ha confirmado el arquitecto municipal que emitió la ficha urbanística y redactó el informe por el que se otorgó licencia de construcción.

En cualquier caso, Miguel Ángel Ruiz ha afirmado que él firmó en marzo de 2006 el convenio junto con la licencia de construcción, dos documentos que, aunque obran en autos con fechas diferentes, ha dicho que rubricó el mismo día. "Venían juntos", ha señalado, al tiempo que ha explicado que "no sabía nada hasta que pasó esto" de esos documentos, y a los que posteriormente se sumaron una autorización de modificado del proyecto y la licencia de primera ocupación en 2007.

"Tenía confianza en los técnicos, yo solo firmaba", ha insistido Ruiz, que ha negado mantener una relación estrecha con ML.A. con quien ha dicho que solo se decía "hola, adiós o qué tal" a pesar de que él y el marido de ella eran del mismo partido político y de que la hija de ellos iba en su candidatura electoral como número dos.

La coacusada también ha confirmado que la relación entre ambos no era de amistad y ha negado que tuviesen ningún contacto durante los trámites para la construcción de la vivienda en la finca, labores para las que contrató a un aparejador que fue quién se encargó de todo y quien solicitó la cédula urbanística en la que el arquitecto municipal que había en 2006 indicaba que en la finca había una parte rústica y otra urbana.

Sobre el convenio por el que ella cedía una parte del terreno al Ayuntamiento, ha afirmado que ella lo firmó cuando se lo entregó el aparejador "que es el que entiende y confío en que lo que haga lo haga bien" pero, ha enfatizado, que "nunca" ser reunió con el regidor municipal ni para éste ni para ningún otro trámite relacionado con la vivienda de los que, ha insistido, "se ocupó de todo" el aparejador que contrató.

"NO ES NI ALGARROBICO NI EL CUCO, ES UNA CASUCHA"

Un profesional que también ha declarado como testigo en el juicio y ha cuestionado que se dude de que la finca es parte rústica y parte urbana cuando "estamos ante el planeamiento farragoso de un pueblucho". "Esto ni es Algarrobico ni el Cuco, es una casucha de un pueblucho que ha hecho una madre para tener cerca a su hijo", ha dicho ante el tribunal.

Este aparejador, cuyo hijo trabajó con él en el proyecto de la vivienda y después accedió al cargo de arquitecto municipal siendo el autor de los últimos trámites municipales, ha calificado de "buena voluntad" la cesión de terrenos que hizo ML.A. y que obligaba a "girar un poco la casa" y que se la esté acusando por "poner bonito y asfaltar" lo que era "una escombrera".

Este técnico ha asegurado que él no ha intervenido en ningún trámite para la construcción de la vivienda, ha dicho que su trabajo era "vigilar los ladrillos" y, cuestionado por el hecho de que su hijo primero trabajase en el proyecto de ML.A. y luego fuese quien redacto los informes del modificado y la licencia de primera ocupación, ha enfatizado que a él le "dejen fuera" porque "lo único que ha tenido es suerte de no tenerse que ir a Alemania a trabajar de camarero y poderse ganar aquí las alubias para mantener a sus hijos".

Precisamente, las defensas de los dos acusados han considerado que ha sido este hombre el que, "desde la trastienda", ha diseñado todo y que lo ha hecho junto con su hijo al que han denominado el "testigo oculto", cuestionando que ninguna de las acusaciones lo haya llevado a declarar en el juicio como "tratando de protegerlo" mientras su padre ha evidenciado su posible implicación con "con su perplejidad y sus manifestaciones claramente exculpatorias".

Junto a este técnico, en el juicio han declarado otros que participaron en algún momento de la tramitación del expediente de la vivienda. Durante la gestión de Miguel Ángel Ruiz, estuvieron en el Consistorio dos arquitectos, uno de ellos el hijo del aparejador de la obra de ML.A.

El primero ha ratificado ser el autor de la ficha urbanística en la que se indicaba que la finca tenía parte rústica y parte urbana, que elaboró con el planeamiento disponible en el Ayuntamiento y las normas subsidiarias que datan de 1989y sobre el que "nadie me pidió nada", y posteriormente redactó el expediente de licencia para construir en la parte urbana que firmó Miguel Ángel Ruiz.

Durante ese proceso, este arquitecto avisó de que dejaba el trabajo porque había encontrado otro y, durante un mes, ha explicado que simultaneó sus funciones con el hijo del aparejador, que se quedó como arquitecto titular a partir de marzo de 2006 y que fue quien un año después hizo los trámites de la modificación del proyecto y la licencia de primera ocupación, ambos también rubricados por el alcalde.

Aunque este último no ha declarado, sí lo ha hecho el que estaba contratado en 2010 y que fue quien elaboró la ficha con la que Alejandro Río presentó la denuncia y en la que, por el contrario de lo que decía la hecha cuatro años antes, se indicaba que la finca era rústica y no urbanizable. "Hay mucha indefinición, es un planeamiento muy deficiente", ha dicho este arquitecto.
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