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Pablo coto millán - decano de la facultad de ciencias económicas y empresariales de la universidad de cantabria

“El emprendedor y el empresario no nacen, se hacen”

Catedrático de Análisis Económico y actual decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ha sido anteriormente director del Departamento de Economía, presidente del Consejo Económico y Social de Cantabria y presidente de la Red Transnacional Atlántica de Consejos Económicos y Sociales de España, Reino Unido, Francia y Portugal. La trayectoria de este profesor e investigador se completa con una amplia labor de difusión en más de cien artículos científicos y una treintena de libros. Su último libro, con un carácter más divulgador que los anteriores, aunque no por ello menos riguroso, se adentra en la historia de la humanidad a partir del pensamiento económico, materia sobre la que lleva reflexionando, estudiando y enseñando los últimos quince años. Además, ‘¿Emprendedores o empresarios? De la cooperación natural a la global’, es una buena oportunidad para introducirse en las grandes preguntas de la humanidad.

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Pablo Coto

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Caito Pombo
20/11/2021 - 12:15

- ¿Emprendedores o empresarios?

 

La pregunta en el título del libro, en realidad, es retórica.

 

La humanidad ha ido evolucionando con emprendedores, desde las primeras emprendedoras de las sociedades matriarcales de jefatura, las ‘mumis’, hasta los jefes de los estados primigenios, los emperadores, los reyes y presidentes de repúblicas. No obstante, a partir del mercantilismo comienzan a aparecer emprendedores con naturaleza y denominación empresarial. Lo ideal en nuestro mundo actual es ser emprendedor y empresario, habida cuenta que el emprendedor y el empresario se hacen, no nacen con una actitud ante la vida. Son las aptitudes adquiridas en el seno familiar, en las escuelas, en la universidad las que forjan a los emprendedores y empresarios.

 

- ¿Qué tiene que ver la cooperación con la historia de la humanidad, con los emprendedores y empresarios?

 

En el libro la cuestión clave es la cooperación. Se explica cómo existe una capacidad de cooperación natural o espontánea que tenemos todos los seres vivos. No obstante, el ‘homo sapiens’ posee una cooperación consciente a diferentes escalas que le ha hecho evolucionar a lo largo de la historia de la humanidad. En sociedades de cazadores-recolectores la cooperación consciente era a pequeña escala dado que los grupos de individuos no eran más de una treintena. Estas sociedades funcionaban en un cierto comunismo primitivo. Cuando la población va creciendo es necesario una cooperación de escala media, como la que se dio en las sociedades de jefatura del mesolítico. Aquí las matriarcas o ‘mumis’ tenían una cierta ‘autoritas’ que permitía organizar a la población en tareas colectivas y provechosas para todos. Eran jefaturas voluntarias y no coercitivas. Más adelante, con la revolución agrícola del neolítico, las poblaciones fueron más numerosas y se hizo necesaria una cooperación a gran escala, basada en la jerarquía y el ‘ordeno y mando’, propia de los estados e imperios. Como se explica en el libro los emprendedores y empresarios han tenido un papel fundamental a lo largo de esta evolución. Para bien y para mal todo es cooperación. Esto es, existen lo que en el libro denomino formas de cooperación entre los emprendedores y empresarios positivas, extractivas y destructivas.

 

- ¿Podría aclararme esos conceptos?

 

Los emprendedores y empresarios con cooperación positiva son los que aportan bienestar al conjunto de la sociedad. Los emprendedores y empresarios extractivos únicamente generan cambios en distribución de la renta a su favor, pero con transferencias que no afectan ni positiva ni negativamente al bienestar conjunto en términos de eficiencia global, sí en cambio aumentan la desigualdad. Por último, existen emprendedores y empresarios destructivos que contribuyen negativamente al bienestar del conjunto de la sociedad. Las mafias, los grupos de extorsión, de corrupción, etc. Estos colectivos perjudican a todo el mundo y al crecimiento y desarrollo económico de todas las sociedades. 

 

- Entonces, ¿Adam Smith se equivocó al pensar que todo se basa en la competencia?

 

La metáfora de ‘la mano invisible’ de Adam Smith es una de las más famosas para describir el funcionamiento del mercado. La gran pregunta es si es compatible el interés propio con el interés del conjunto de la sociedad. Lo que nos dice Smith es que el interés propio es la motivación natural de los individuos y que la competencia en el comportamiento de los individuos converge hacia los resultados más deseados desde el punto de vista del bien común y mejor que la intervención gubernamental. Como si una mano invisible guiara a la sociedad. Sin embargo, desde aquella formulación de Smith hemos comprobado que existen numerosos fallos del mercado y los hemos tratado de corregir con intervenciones y regulaciones justificadas de naturaleza cooperativa. 

 

- ¿El Estado debe intervenir más en la actividad económica?

 

La intervención del Estado está justificada para corregir los fallos de mercado como externalidades negativas, por ejemplo, la contaminación, y para corregir las asimetrías de información, por ejemplo, en la salud, el riesgo moral puede ser importante y debe regularse. También está justificada la acción del Estado para defender la competencia ante posiciones de cooperación negativa del tipo de prácticas monopolísticas o de dominio del mercado y para la provisión de bienes públicos, como sanidad y educación. No obstante, el Estado al intervenir, en ocasiones, cae en lo que denominamos fallos del Estado por regulaciones inadecuadas, corrupción y cooperaciones perversas. De nuevo, en este caso la competencia, junto con la transparencia y los procedimientos de rendición de cuentas son las herramientas adecuadas a emplear.

 

- ¿Con la covid-19 el papel del Estado será mayor? 

 

Es posible que con la actual crisis de la covid-19 de nuevo en el actual capitalismo el papel del Estado sea creciente, no solo ahora, sino también en los próximos años. Indudablemente la mayor presencia del Estado que está justificada por la pandemia es bienvenida. Sin embargo, la mayor intervención del Estado que frene y expulse la empresarialidad y el emprendimiento privados tendrá unos claros efectos negativos.

 

- Pocos contaban con que un virus pudiera hacer tambalear a la economía mundial. ¿No denota cierta fragilidad del sistema?

 

El sistema ha funcionado. Han descendido los intercambios, pero se han seguido realizando, cosa absolutamente imposible sin partir de economías desarrolladas hasta cotas jamás vistas, con cadenas logísticas de aprovisionamiento y distribución de alcance mundial. Por lo demás, el desarrollo económico va atravesando ciclos de confianza y desconfianza, en los que el origen de cada crisis es diferente. En el año 1929 la crisis fue bursátil, en los años setenta las dos crisis fueron energéticas, en el año 2000 la crisis fue de las empresas punto.com, en el 2008 la crisis fue financiera por las hipotecas subprime, y ahora tenemos una crisis sanitaria cuyas medidas para salvaguardar la salud pública conllevan menor actividad económica.

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