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Opinión

Patriota, pero no idiota

Hoy es uno de esos días en que no queda otra que abandonar -siquiera temporalmente- las florituras estilísticas y las cuitas del alma con que uno suele castigarles cuando se pone a juntar palabras, para afianzar los pies en la tierra, atarse los machos, ponerse el cuchillo entre los dientes, y disponerse a morir matando.

Archivado en: Raúl García Castán, Becas relevo

gentedigital.es/Raúl García Castán*
29/11/2010 - 19:23

Por ahí tengo ya escrito que en cierta ocasión me presentaron, en el curso de una convención para deportistas de la comunidad, en Valladolid, a un alto cargo de la Junta de Castilla y León; un tipo de cuyo nombre si quiero acordarme, pero, -cosas que pasan- no me acuerdo.

Este prójimo fue quien me descubrió la piedra filosofal del deporte castellanoleonés, también conocida como becas Relevo, por mejor nombre. La fórmula mágica propuesta por el insigne prócer, consistía en ganar el campeonato de España: Cuatro zancadas, unas gotitas de sudor, un pellizco de sufrimiento y hale: Mil y pico eurazos que te soltaban los tíos, nada menos, que dispendio, oyes.

Y Uno, que otra cosa no será, pero aplicado y relimpio y hacendoso, lo es como el que más, aplicó la receta con éxito durante los años siguientes, incluido este en que estamos; erre que erre, dale que dale, venga de ganar y ganar lo que su excelencia -los políticos son hoy en día la verdadera aristocracia, no se engañen- le había encomendado, y después, con la cabeza gacha y las manos formando cuenco, hale, a recibir la ración del económico -nunca mejor dicho- rancho.

Hasta hoy; porque he aquí que este año, habiendo ganado lo mismo y mas, por lo que me soltaban el escaso pero necesario estipendio, me dicen que nanay, que qué es eso de ganar el campeonato de España y encima querer cobrar por ello, no, no, no; no puede ser. Curiosísima manera, esta que tiene la Junta de Castilla y León de promocionar el deporte y ayudar a sus deportistas.

Uno siempre ha sido de la opinión de que nadie tiene por qué pagarle sus vicios, pero resulta que los mil cochinos euros que me daba la Junta de Castilla y León, y que ya no me da, son lo de menos.

Lo de más, es el absoluto desprecio con que estos burócratas del deporte se saltan las reglas del sentido común, aplicando baremos arbitrarios a tontas y a locas, obviando y pasándose por el forro historiales y trayectorias deportivas, no por mala intención -y esto es casi lo más grave del asunto- sino por atroz analfabetismo deportivo, (estos deportes es que no salen en el telediario) provocando sangrantes agravios comparativos entre ciertos deportistas y situaciones sonrojantemente injustas, que a los que estamos en el ajo nos hacen llevarnos las manos a la cabeza, y que no relataré aquí porque soy un caballero.

Que vayan buscando otro primo para su federación, porque quien esto escribe es patriota, pero no idiota.

*Raúl García Castán es atleta internacional.

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