Camino de baldosas amarillas

¡Qué locura de película es Synecdoche, New York! Demasiada. Ya se que es lo que cabe esperar de un film escrito por Charlie Kaufman, autor de excentricidades tan deliciosas como Human nature, Cómo ser John Malkovich, Adaptation o ¡Olvidate de mi!

Aunque estas películas estaban dirigidas por otros, o bien por Spike Jonze (Cómo ser John Malkovich y Adaptation) o por Michel Gondry (Human Nature y ¡Olvidate de mi!) Y por lo que se ve, parece necesario que alguien dirija los guiones del bueno de Kaufman, por que él solo se pierde, no tiene control sobre si mismo y da rienda suelta a sus ilimitadas locuras. De hecho el film iba a ser dirigido por Spike Jonze, pero en el último momento se decantó por Donde viven los monstruos. Vamos, que se aburguesó y decidió cuidar más su carrera comercial y dejar las locuras para otros. Así que animó a su amigo Charlie a que fuese él quien tomase las riendas del proyecto, algo que no había hecho en la vida.

Ver Synecdoche, New York es como que te pongan un cepo en el cerebro, es rizar el rizo del rizo más rizoso, es la metarealidad llevada hasta el infinito. Pero, ¿es una buena película? Pues no lo se, mientras la veía estaba a punto de quitarla para evitar que me diera un colapso, hasta que decidí dejarme llevar y y no darle más vueltas a las cosas. Ahora con el paso de los días creo que me empieza a gustar más y que desde luego, es imposible que deje indiferente a ningún espectador. Para bien o para mal no te la quitas de la cabeza. Es como una experiencia traumática o amarga que vista con perspectiva de futuro la recuerdas como algo anecdótico y divertido.

Os preguntaréis de que va, pues en un principio todo parece bastante normal. Un director teatral, interpretado espléndidamente por Philip Seymour Hoffman, está pasando por una mala época. Su mujer lo ha abandonado por otra y sospecha que esta gravemente enfermo lo que le causa una tremenda hipocondría (incluso podría parecer una película de Woody Allen). Entonces gana un importante premio teatral que le permite crear su gran y definitiva obra y es aquí donde todo se descontrola. Esa gran obra consiste en recrear la ciudad de New York en una enorme nave industrial, y no solo New York, sino que pretende recrear toda su vida. Pero según avanza la obra hay que actualizarla, pues todo lo nuevo que le sucede en la vida hay que añadirlo. Así que mientras un actor interpreta a su personaje, tiene que haber otro que lo interprete a él mientras dirige a su personaje. Y así sucesivamente y con todos los personajes.

Su estreno, como es lógico, fue superminoritario (en España ni eso) y sólo recaudó tres millones de dolares en todo el mundo, por ejemplo en Francia apenas acumuló 20.000 $ y eso que el film se presentó a nivel mundial en Cannes 2008. Tampoco atrajo al público su extenso reparto lleno de caras conocidas como Catherine Keener, Samantha Morton, Jennifer Jason Leigh o Emily Watson.

Desde Synecdoche, New York no se sabe en que está trabajando Kaufman. No tiene ningún guión en marcha y mucho menos otra película como director. Esperemos que esta situación no dure mucho, por que Charlie es sin duda uno de los mejores guionistas del momento, alguien que supo reinterpretar y entremezclar el cine y la realidad como nunca nadie lo había hecho, aunque en el caso de Synecdoche, New York lo llevase al extremo.

Publicado el 7 de enero de 2011 a las 16:30.