CR7 y Di María recuperan la versión eléctrica del Madrid
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En ocasiones, las ansias de revancha pueden convertirse en tu peor enemigo. Que se lo pregunten a un Valencia que se pasó los últimos días hablando de conspiraciones arbitrales en favor del Real Madrid y aquelarres públicos para atacar al 'enemigo blanco' y, de paso, también al que viste de negro. Al final, los goles le ganaron la partida la polémica, una buena noticia para el fútbol y sobre todo para el Real Madrid.
Llevaba el Madrid varios meses buscando la tecla que lo llevase al fútbol de la pasada temporada. A los pocos minutos, los de Mourinho habían encontrado el mapa de navegación: líneas juntas, presión asfixiante y salida explosiva a la contra. Tan sencillo, tan difícil. Khedira, en el papel de lanzador; Di María y Ronaldo corriendo a la espalda de unos desorientados laterales; Higuaín, como killer y Özil afinando el violín. Sólo Alves y la falta de puntería evitaron que el Madrid se fuera con una goleada histórica al descanso.
Tras el paso por los vestuarios, el Valencia sacó la vergüenza torera y el Madrid guardó fuerzas pensando en el capítulo definitivo del miércoles. Probablemente Mestalla se llenará y el público volverá a jugar su papel contra el árbitro y el equipo de Mourinho. La ventaja para los merengues es que ya conocen el camino para derribar ese muro de resistencia ché. Özil y Di María son el termómetro de este equipo. Si uno activa los voltios y el otro enciende el interruptor, el juego de los blancos adquiere una velocidad de vértigo ante la que no parece existir vacuna. Si intentas cortocircuitar ese fútbol, puede suceder que salgas electrocutado.
A pesar de esta goleada, nada será igual el próximo miércoles. El Valencia se juega buena parte de su temporada en ese partido y los madridistas no parecen estar en condiciones de desperdiciar una de las dos balas que les quedan. Bien harían los hombres de Mourinho en quedarse con el poso de este partido, (es decir, recuperar la velocidad de juego del año pasado), pero no con el resultado. Lejos del juego coral y armónico del Barcelona, es Madrid entiende el fútbol de otra manera, pero eso no significa que su propuesta sea menos valiosa. Unos conforman una orquesta sinfónica; los otros, una banda de rock. Una pena que durante una buena parte de esta temporada a los blancos se les haya perdido la partitura.
Publicado el 21 de enero de 2013 a las 10:15.