Barbas que defraudan
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Llevo barba de cinco semanas. Entre toda una gama de burlas, vituperios y aspavientos, ayer me dieron la mejor razón para afeitármela de una vez.
Caminaba por la calle. De frente venía un hombre de barbas borrascosas, con una manta por los hombros y expresión un poco extraterrestre. Se paró delante de mí:
-Dame algo para comer.
-No, lo siento.
Seguí andando. Y oí a mis espaldas el reproche certero.
-¡Pues quítate la barba, entonces!
Publicado el 28 de diciembre de 2009 a las 12:00.