Cuando las palabras no son suficiente
Archivado en: Burgos, corrupción, política
Los ciudadanos quieren actuaciones. Exigen la máxima transparencia a aquellos en los que un día depositaron su confianza a través del voto en las urnas; que procedan con firmeza, con mano dura contra los corruptos, apartándoles de sus cargos, expulsándoles de sus formaciones y exigiéndoles que devuelvan lo robado. Y la Justicia que actúe, y si tienen que ir a la cárcel, que lo veamos. Instalándose en la tribuna dialéctica del ‘y tú más’ y apuntando al adversario con la única intención de desacreditarle aún más solo conseguirán que aumente la desconfianza hacia la actividad política y hacia quienes a ella se dedican.
´
Son demasiados los casos de corrupción conocidos y que están siendo investigados por la Justicia, pero ha pasado demasiado tiempo sin que los partidos hayan tomado cartas en el asunto. De ahí el cabreo del ciudadano. Ante un problema, hay que ir a la raíz del mismo y buscar solución lo antes posible, y ante una sospecha de irregularidad, denunciar. Mirando para otro lado, las consecuencias son imprevisibles. Está en juego la credibilidad de un país y sobran los adjetivos para calificar a determinados personajes que han aprovechado sus cargos de responsabilidad en instituciones y partidos para un lucro personal. En un país con casi cinco millones de parados es sencillamente intolerable y repugnante.
La lucha contra la corrupción, tanto en lo público como en lo privado, deber ser una prioridad.
Publicado el 3 de noviembre de 2014 a las 13:15.