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Springsteen alcanza la eternidad en el Bernabéu

Archivado en: Bruce Springsteen, concierto, Wrecking Ball Tour, Santiago Bernabéu, Madrid, Marcos Blanco, Melómanos

Los límites están para quienes deciden utilizarlos como dinámica vital, conformistas, temerosos o faltos de entusiasmo por experimentar nuevas sensaciones en un mundo tan complicado como repleto de sensaciones inigualables. Una de ellas, esa que debe formar parte del decálogo de asuntos pendientes antes de morir, se llama ‘ver a Bruce Springsteen en directo', el hombre que sabe explicar tantas cosas de nuestras vidas a través de sus canciones, superándose a sí mismo con 62 años como si la energía que posee fuese infinita.

Según ‘El Huffington Post', ‘The Boss' ofreció el 17 de junio de 2012 el concierto más largo de su carrera, un total de tres horas y 48 minutos que ya se comportan como un recuerdo inolvidable para las más de 60.000 personas que estuvieron en el estadio Santiago Bernabéu (Madrid), poblando sus gradas y el campo con gente de todas las edades. Fans solitarios, parejas, grupos de amigos o familias enteras asistieron a la cita con la pretensión de vibrar con Bruce y los 17 miembros de una banda sensacional. Sabían que iban a pasárselo bien, viéndole una vez más o estrenándose en estas lides con la misma mezcla de locura disimulada y nervios en ambos casos. Sin embargo, difícilmente podían imaginar que su dualidad cuerpo-mente gozaría durante casi cuatro horas con 32 temazos en un repertorio que dejó una impresión natural y ecléctica.

Obviamente, las constantes descargas de rock&roll fueron la tónica dominante de un espectáculo con puntuales problemas de sonido, débilmente considerados por una multitud entregada al baile, al movimiento de caderas o al grito desbocado, conmoviéndose de seguido con esas melodías folk que, sobre todo, priman en ‘Wrecking Ball', cuya puesta en escena demuestra la capacidad de Bruce para sacar un álbum redondo 39 años después de firmar el primero. Con la intensa sección de vientos y unos coros sobrecogedores, Bruce también se convirtió en un ‘soul man', mostrando una voz muy fresca, causante de muchas lágrimas cuando, en uno de los escogidos instantes para la suavidad sonora, le dedicó ‘The River' a Nacho, el joven mallorquín que falleció el día 7 por un cáncer cerebral, fan de Springsteen y cuyo sueño era viajar a Madrid para observarle de cerca. Bravo.

Hubo mil momentos destacables y señalados, probablemente tantos como minutos duró un concierto que formará parte de la historia, transformándose poco a poco en una fusión espiritual entre los de allí arriba y los de allá enfrente. Un grupo muy escaso de artistas posee esta capacidad de transmitir fuerza y sensibilidad con la misma intensidad, haciéndonos reflexionar a todos cuando recordó los malos momentos que se viven en España, dedicándole un tema a los luchadores, esos seres que no desesperan ante las circunstancias adversas. ¿Curiosidades? Haría falta un día para describirlas. Su amigo Southside Jonny salió para cantar ‘Talk to me', gestándose una química divertísima entre ellos, también interpretó por primera vez ‘Spanish Eyes' tras recoger un cartel del público, se hizo embajador de Peralejos de las Truchas sin darse cuenta, bromeó con los niños sobre el escenario, invitó a una joven para que bailase un ratito con Nils y, como no, se quedó mudo, como toda la E Street Band, cuando en pleno ‘Tenth Avenue Freeze-Out' salió el nombre de ‘The Big Man', el añorado Clarence Clemons (hoy se cumple un año de su muerte), escuchando el aplauso interminable del público mientras se veían imágenes del célebre saxofonista por la enorme pantalla.

Independientemente de su incuestionable talento y del excepcional acompañamiento que ofrece la E Street Band, la grandeza de Bruce Springsteen está en su manera de hacer las cosas, esa forma de cantar, de tocar, de utilizar el idioma de la normalidad y de comportarse desnudo, sin alardes, ante una multitud que devuelve con creces todo lo que recibe. La rampa de lanzamiento hacia el más allá, siempre iniciada con el "One, two, three, four", convive con esos instantes en los que recita sucesos vividos, motivos de satisfacción o cuestiones preocupantes como un amigo poeta que te habla al oído. Estoy seguro de que se sintió más Bruce Springsteen que nunca durante la noche del 17 de junio de 2012. No era una estrella del rock. Simplemente, una persona enamorada de lo que siempre ha hecho. Disfrutó como un niño pequeño. Nosotros también. "Volveremos", concluyó, metiéndose a más de 60.000 personas en su pecho. Lo sabemos. Te estaremos esperando. "One, two, three, four"...

Publicado el 19 de junio de 2012 a las 00:15.

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Listo para tocar el cielo otra vez junto a Bruce

Archivado en: Bruce Springsteen, Wrecking ball tour, Santiago Bernabéu, Clarence Clemons, Jako Clemons, #vaportinacho, The Rising Tour, Palau Sant Jordi, Marcos Blanco, Melómanos

Hoy, 17 de junio, es uno de los días más importantes de mi vida. Normalmente, esta consideración depende de lo sucedido, pero aquí lo que va a suceder supera cualquier resultado porque todos los que iremos esta noche al Santiago Bernabéu para verle sabemos que no defraudará, que superará cualquier expectativa.

Los 35 minutos que he podido contemplar de su actuación en Rock in Rio Lisboa (3 de junio) demuestran que ‘The Boss', el jefe del rock&roll, está en estado de forma excepcional a sus 62 años. Pese a la irreparable pérdida del saxofonista Clarence Clemons, la E Street Band no puede parar, su sobrino Jako mantiene vivo el espíritu de ‘The Big Man' y la sección de viento le otorga un sabor muy especial a los 17 miembros que integran la familia orquestal de Bruce Springsteen. 

Resulta casi imposible adivinar cuál será el repertorio de esta noche, ya que varía notablemente de un concierto para otro, aunque caerán cerca de 30 canciones con muchísimos clásicos y canciones de ‘Wrecking ball', el último y fenomenal disco de un arista que ha vuelto a redescubrir sus orígenes a través de estos temas. Serán más de dos horas y media de ‘show' con un deseo colectivo: el ‘#vaportinacho.

Trending topic en Twitter, este ‘hashtag' merece una impactante explicación. Nacho es un joven mallorquín de 20 años que falleció el pasado día 7 por culpa de un tumor cerebral y no podrá cumplir su sueño: ver a Bruce. Sus padres le regalaron por su cumpleaños (16 de mayo) unas entradas para el concierto de Madrid. No estará allí su cuerpo, pero sí su alma. Las redes sociales se han movilizado para intentar que ‘The Boss' le dedique una canción a Nacho. Lo merece y todos sabemos que él lo hará si recibe el mensaje. Caerá más de una lágrima.

Diez años después de mi primera vez en aquel Palau Sant Jordi de Barcelona con la gira de ‘The Rising', tendré una nueva oportunidad de disfrutar con su música. Dicen que aquel fue uno de los mejores conciertos que se recuerdan de Springsteen en España y el de hoy tiene todos los ingredientes para formar parte de esta lista. Entonces, un gran fan suyo me animó a ir, siendo el que habla poco conocedor de las profundas emociones provocadas por Bruce.

Su mezcla de rock y folk transmite una energía, una positividad y una sensibilidad incomparable. Sus canciones hablan de ti y de mi, de los sueños y los miedos que tienen las personas normales, esas que pisan la calle todos los días. Aunque no sepas lo que dice, su voz te hace comprender de qué está hablando y las melodías de Springsteen golpean en el alma como un constante descubrimiento.

 

Publicado el 17 de junio de 2012 a las 11:15.

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Sacar fotos o grabar vídeos, ¿ilegalidad evitable para el público en los conciertos?

Archivado en: música, concierto, Diana Krall, Elvis Costello, Santiago de Compostela, fotografías, vídeos, prohibición, revisión, móviles

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Leo en la Voz de Galicia y en El Mundo que la organización del concierto de Diana Krall requirió a numerosas personas que eliminasen fotografías de sus teléfonos móviles después de ver como hacían omiso a la ilegalidad, advertida en la entrada del concierto compostelano. ¿Con sentido?

Según comentan fuentes cercanas al evento, había un cartel en la entrada del recinto, situado en la compostelana Plaza de la Quintana, que advertía la imposibilidad de sacar fotos y vídeos durante la cita musical compartida por Diana Krall y Elvis Costello. ¿Cierto? Habitualmente, las entradas a los conciertos incluyen en su dorso información básica sobre la asistencia y una de las características suele ser la prohibición de tomar fotografías y sacar vídeos.

El personal de seguridad que controla los accesos puede impedir la entrada a las personas que portan cámaras digitales (rara vez lo hacen) o videocámaras (desconozco su actitud habitual al respecto). Hacen la vista gorda en multitud de ocasiones. Además, los móviles modernos, que permiten sacar fotos y vídeos, complican la situación, ya que de este modo habría que restringuir el acceso de la gran mayoría del público a los eventos musicales y se armaría la marimorena.

Si no se pueden grabar vídeos o realizar fotografías en los conciertos, ¿alguien me explica cómo se permite el aluvión de manos que alzan sus manos con los móviles durante una eternidad para guardar un recuerdo, aunque sea de poco calidad, que permita presumir al día siguiente?Esto sucede en casi todos los conciertos importantes a los que he ido. Por no decir todos. Tengan en cuenta, a la hora de analizar este asunto, que los fotógrafos de los medios de comunicación sí están controlados como debe ser y se les suelen permitir, dentro del foso, sacar fotos durante dos o tres canciones del repertorio.

Algunos asistentes al concierto de Diana Krall y Elvis Costello manifestaron su enfado al ver cómo miembros de la organización requerían sus móviles para comprobar que no había fotos de Krall en los mismos e invitarles a eliminar las que tuviesen. Una petición de Diana. ¿Está en su derecho, no? Luego, todo Dios sube los vídeos a Youtube o a cualquier plataforma digital para compartir la experiencia. ¿Nadie controla esto? Igual los propios músicos deberían hacer posible que sus espectadores tuviesen acceso a material gráfico del concierto en cuestión. Al fin y al cabo, lo que uno desea es sacarse la foto de rigor con el careto en primer plano y el artista al fondo o, simplemente, demostrar, sin la necesidad de la entrada física, que estuvo allí.

 

Publicado el 30 de julio de 2010 a las 12:00.

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Knopfler enseña su lado más folk y pausado en una sauna santiaguesa

Archivado en: música, concierto, Mark Knopfler, Get Lucky, Multiusos do Sar, Santiago

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Cerca de 9.000 personas llenaron casi en su totalidad el Multiusos do Sar de Santiago para ver en directo el directo de Mark Knopfler, que forma parte de la gira europea de 'Get Lucky', su último disco. El artista, que tocó con brillantez diversas guitarras sentado en una silla, ofreció su lado más folk para decepción de quienes deseaban ver la vertiente rockera del que fuera líder de Dire Straits. El espectáculo tuvo como notas negativas el insoportable calor que había en el recinto y muchos asistentes se quejaron también del deficiente sonido existente en el coliseo santiagués.

Cientos de personas aguardaban en la entrada del Multiusos do Mar a que abriesen las puertas para pillar un buen sitio en la pista o en las gradas poco antes de las ocho de la tarde. Con media hora de retraso, el público comenzó a entrar en el pabellón santiagués, que con el paso de los minutos se convirtió en un horno calorífico, debido a la ola de calor que sufre Galicia durante estos días y al deficiente acondicionamiento del recinto para que los espectadores no sudasen como pollos asados hasta las doce de la noche, hora a la que terminó el evento musical. Cuando uno paga cincuenta euros por un espectáculo no sólo debe exigir una calidad artística acorde con semejante precio, sino también una infraestructura adecuada para disfrutar del mismo con un digno bienestar. Si a este aspecto le sumamos los problemas en el sonido, que recibió numerosas quejas cuando el personal desalojaba el recinto, uno debe buscar culpables en la organización o en el equipo del propio Knopfler, que debería ser consciente de la situación.

Ante un público de todas las edades, con entrañables escenas de padres con hijos o grupos compuestos por diferentes generaciones, Mark Knopfler arrancó el concierto de la misma manera que comienza 'Get Lucky'. 'Border River', un maravilloso tema folk, animó de forma notable a los asistentes, que tenían ganas de marcha. Lo hizo con un retraso de diez minutos sobre la hora prevista: las 22:00 horas.

Guy Fletcher (teclados), Danny Cummings (batería), Richard Bennett (guitarra), Glenn Worf (bajo), Matt Rollings (teclados) John McCusker (violín) y Mike McGoldrick (flauta) acompañaron a Knopfler durante toda la velada, porque el romanticismo sonoro marcó este directo. Posteriormente, el escocés interpretó 'What it is', 'Sailing to Philadelphia' y 'Coyote', temas pertenecientes a uno de sus álbumes en solitario y demostraba que seguiría al dedillo el repertorio realizado durante los anteriores conciertos de su periplo español.

La solidez armónica del conjunto maravillaba a cualquiera, pero la voz del protagonista no tiene tanta fuerza como antaño y faltaba un poco de entusiasmo en el ambiente. Nadie duda del virtuosismo instrumental y sonoro que desprendía el escenario, pero la tranquilidad era excesiva allí arriba. 'Hill farmer's blues', del 'Ragpicker's Dream', aceleró un poco la fiesta y fue el preludio de dos temas consecutivos de Dire Straits, el principal reclamo de la gente que acudió al concierto. Muchos de ellos todavía recordaban aquel conciertazo de la banda en el estadio vigués de Balaídos durante el verano de 1992. Los acordes de 'Romeo and Juliet' emocionaron al público, así como el ritmo eterno de 'Sultans of Swing'. Arriba, la gente se levantaba de sus asientos para mover el esqueleto. El calor seguía machacando el cuerpo y la mente de los presentes.

Superado el ecuador del concierto, Knopfler regresó a esa constante combinación de folk y blues, con mayor carga del primer estilo, que preside su carrera en solitario. 'Done with Bonaparte', 'Marbletown' y 'Speedway at Nazareth' profundizaron su vertiente más reciente. Más moderna. Como si de un funcionario se tratase, el mítico componente de Dire Straits apenas se comunicó verbal o gestualmente con los espectadores, a excepción del clásico 'estoy encantado de estar aquí', expresado en inglés. Algún saludo con la mano y el acompañamiento guitarrero de ciertos '¡oe oe oe!', coreados por el público, fueron los únicos detalles para el recuerdo.

Eso sí, Knopfler habla cuando toca, cuando susurra e, incluso, cuando calla. 'Telegraph Road', todo un clásico de los Dire Straits, ejemplificó perfectamente esta teoría, recordando la mágica interpretación musical incluida en el 'Alchemy'. Más de diez minutos de música con variedad de ritmos, pausas y emociones. Sólo tocó cinco temas de su antigua etapa sobre un total de catorce, pero la simple escucha de éstos compensó el precio de la entrada. También fue el caso de 'Brother in arms', el diálogo de Mark Knopfler con su guitarra, que acerco los ojos al llanto, al principio y al fin de todo.

La vivacidad de 'So far away'  y el epílogo provocado por 'Piper to the end', canción que cierra su último disco, completaron una noche de ensueño, sudorosa, más sosegada de lo esperado, muy folk, acompañada por el blues característico de Knopfler pero sin los acordes rockeros que tanto han marcado la vida de esta leyenda viva de la música. Nos robó quince minutos. Debería haber salido de nuevo, pero las luces se encendieron y la huida fue rápida en búsqueda de aire fresco.

Publicado el 29 de julio de 2010 a las 15:15.

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Regalitos 'made in Juan Perro'

Archivado en: Santiago Auserón, Juan Perro, Efe Eme, descargas, La Huella Sonora, Río Negro

'Eefe Eme' es un diario electrónico de actualidad musical que ofrece muchísima información para melómanos de todo tipo. En su sección de descargas, incluyen una sorpresa extraordinaria que lleva colgada desde noviembre de 2009: el enlace a diez canciones que Santiago Auserón bajo el seudónimo de Juan Perro ha publicado en la web de La Huella Sonora, su productora. Aquí, aparecen temas como 'Río Negro' o 'Malasaña', que responden al perfil artístico de Auserón. Este hombre es un verdadero contador de historias y convierte su voz en poesía, debido a ese 'modus operandi' tan expresivo, envuelto en sonidos cuidados hasta el más mínimo detalle.

Siempre he creído que Radio Futura ha sido uno de los mejores grupos de nuestro país. Del punto y final escrito por la banda surgió un proyecto más personal que, como en el caso de los grandes artistas, ha consolidado la reputación musical de Santiago Auserón, grande entre los grandes. Suponemos que las citadas canciones compondrán un futuro álbum. Que así sea por el bien de nuestros oídos.

 

Publicado el 15 de enero de 2010 a las 10:30.

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Springsteen y su 'Born to Run'

Archivado en: Bruce Springsteen, Born to Run, Thunder Road, Born to Run, The Rising, Santiago

Cuando 'pincharon' en un programa radiofónico todo el 'Born to Run' de Bruce Springsteen, impregnado por esa retahíla de anécdotas que envuelven la gloriosa obra discográfica del 'Boss', pensaba haber descubierto las catacumbas de la música, ese espacio sensorial con el que uno sueña despierto. Springsteen me ha 'salvado' en infinitad de ocasiones. Cuando pierdo la esperanza, acabo agarrándome a la suya, a esta auténtica joya. Porque, como dice Springsteen, este álbum incluye una serie de valores primordiales para seguir adelante: la fe, la esperanza, la creencia en la amistad y en un día mejor...  Hace 34 años, andaba Bruce buscando una certeza vital a la que agarrarse. Al final, muchos nos hemos agarrado a la verdad del 'Born to Run, compuesta por ocho canciones y que comenzaba así...

Estas imágenes son de 1975, el año en que nació 'Born to Run'. Después de dos discos, el futuro artístico de Bruce pendía de un hilo, según las 'disqueras'. Al menos, así las definiría Darío Manrique. El futuro jefe del rock&roll planetario andaba agobiado, muy agobiado... No conseguía canalizar todas las cosas que daban vueltas y vueltas en su cabeza. "Algún día, chica, no sé cuándo, llegaremos a ese lugar al que realmente queremos ir, y pasearemos bajo el sol. Pero hasta entonces, los vagabundos como nosotros, chica, nacimos para correr". Como en 'Born to Run', surgían sentimientos a flor de piel para dar sentido a temas estelares...

Bruce quería escribir a lo Dylan. Fantaseaba con tener un sonido semejante al de Phil Spector. Además, deseaba cantar como Roy Orbison. Finalmente, compuso ocho impactantes historias envueltas en melodías sobrecogedoras que supusieron el punto de partida de la E Street Band. Ese piano de Roy Bittan ambientándolo todo, los arreglos de viento que magnifican 'Tenth Avenue Freeze-Out' con los hermanos Brecker a la trompeta y al saxo...  ¡Hay tantos matices que descubrir durante la escucha de 'Born to Run'! Vitalidad, energía, agresividad, lucidez y ganas de vivir. Cinco aspectos inconfundibles del álbum. Con vuestro permiso, seguimos recordando la primera gira europea del 'Boss'. Aquí, 'Tenth Avenue Freeze-Out', en pleno Hammersmith Odeon de Londres. Noviembre de 1975. Primera gira europea de Bruce. Para morirse de gusto...

Un 16 de octubre de 2002 conseguí verle de cerca. Sobre el escenario, ante los focos. El Palau Sant Jordi de Barcelona estaba abarrotado. Venía a presentar 'The Rising'. Desde entonces, entiendo que Springsteen debería aparecer en el diccionario como 'fenómeno de la naturaleza', porque acaba con cualquiera. Aunque su aspecto ya no tiene nada que ver con aquel joven barbudo con tendencia a usar gorritos,  la fuerza que lleva dentro jamás desaparecerá. Seguramente, se irá con él a la tumba. Estimado jefe. El 2 de agosto nos vemos en Santiago. Mientras tanto, ¡She´s the oneeeeeeeeeeee!...

 

 

Publicado el 29 de enero de 2009 a las 14:30.

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Marcos Blanco

Marcos Blanco

Vigués. Gallego. Periodista 'todoterreno'. Entusiasta de la vida. Melómano. Loco del deporte. Celtista. Enérgico. Radiofónico. Así es Marcos Blanco, periodista que actualmente colabora en el Grupo de Comunicación Gente  con este blog, que nació un 19 de noviembre de 2008 con un 'post' sobre Jamie Cullum.

 

Esta web ha funcionado durante todo este tiempo como una banda sonora diaria, repleta de canciones que nos hacen amar la vida. Recuerdos, descubrimientos, opiniones, novedades, entrevistas o crónicas de conciertos han formado parte de 'Melómanos' y seguimos en la brecha:

 

marcosblancohermida@gmail.com

 

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