Tiempo muerto

En estos días en los que se discuten las hazañas de Edurne Pasabán y la coreana Oh Eun-Sun queda la sensación que en ocasiones se pierde la perspectiva del inmenso esfuerzo que conlleva llegar a las cimas más altas del planeta. Más allá de la preparación física, todos los montañeros reconocen que la cualidad indispensable para conseguir estos logros está en la fuerza mental. De ello puede dar fe Sean Swarner.

Él no es un ningún montañero profesional ni ha llegado a ninguna cima aún por descubrir, pero representa un auténtico ejemplo de superación. Swarner se ha convertido en la primera persona que escala el Everest tras superar un cáncer. Las secuelas de la enfermedad que tuvo que superar son evidentes: Sean sólo tiene un pulmón funcional.

Swarner tuvo que hacer frente dos veces a la misma enfermedad y en ambas ocasiones salió ganador. Por eso, decidió afrontar otro reto que culminó haciendo un guiño a otros supervivientes al cáncer, colocando una bandera con sus nombres en la cima de la mítica cumbre. "Las posibilidades de superar dos veces ese cáncer son las mismas que las de ganar la lotería cuatro veces con los mismos números", afirma. Swarner ha escalado una montaña real, pero hace tiempo superó otra mucho mayor.

Publicado el 27 de mayo de 2010 a las 15:30.

Juanito Oiarzábal paseaba con Tolo Calafat por Katmandú en marzo, como ilustra la imagen. Esta instantánea no podrá repetirse más porque el alpinista mallorquín ha muerto después de estar tres días atrapado a 7.400 metros de altitud en las faldas del Annapurna. Calafat había hecho cumbre junto a Juanito Oiarzábal, Carlos Pauner, Jorge Egocheaga, Martín Ramos, el rumano Horia Colibasanu y sus sherpas de altura. La expedición formaba parte del 'Proyecto 8.000', instigado por Carlos Pauner con el objetivo de ascender los 14 ochomiles sin oxígeno.

Oiarzábal ha reconoció que Calafat, quien sufrió un edema cerebral, no se encontraba bien físicamente y que podría haberse bajado al campo base con anterioridad para prevenir males mayores, pero, sobre todo, ha arremetado contra la alpinista surcoreana Oh Eun Sun, quien luchaba con Edurne Pasabán por ser la primera mujer en coronar los 14 ochomiles. Oh Eun Sun consiguió este logro, pero no ha participado de ninguna manera en el rescate de Calafat. "Con cinco millones de euros de presupuesto, no ha puesto un puto metro de cuerda", ha afirmado con indignación el bueno de Oirzábal. El montañero alavés asegura que le ofrecieron 6.000 euros a cada de sus sherpas para que subieran a ayudarle, sin una respuesta positiva.

"Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero se ha perdido la solidaridad en la montaña. Yo hubiera subido", ha dicho Oiarzábal en este sentido. "Hay que tener una ética y yo si hubiera tenido a esos porteadores tan fuertes, los habría mandado al rescate". Las malas condiciones meteorológicas impidieron el auxilio a Calafat, que sobrevivía con un teléfono vía satélite. Según Oirzábal, se ha perdido el compañerismo en el deporte de la montaña, donde la vida tiene un valor efímero.

Publicado el 29 de abril de 2010 a las 12:45.