El arte de Bob de Moor al servicio de Jacques Martin
Archivado en: Cuaderno de lecturas, Lefranc, "La guarida del lobo", de Jacques Martin.
En estos días, revisando Arrebato puesto a escribir un artículo sobre Iván Zulueta, su realizador, he vuelto a escuchar esa pregunta que le formula Pedro (Will More) a Sirgado (Eusebio Poncela) sobre el tiempo que, siendo un niño, era capaz de estar mirando fijamente, sin levantar la vista, su cromo favorito.
Fui coleccionista de cromos, pero debo reconocer que no muy aplicado. De hecho, recuerdo vagamente que sólo terminé una colección cuyo título he olvidado. A mí, las estampas que me arrebataban de esa manera en mis primeros años fueron las viñetas de las aventuras de Tintín. No podría precisar la favorita entre todas ellas. Recuerdo la portada de El asunto Tornasol (1956), con Tintín y Haddock ocultando a Tornasol de los motoristas bordurios tras una roca y aquellos cristales rotos ciñendo la escena, que siempre imaginé un plano imposible por creerla focalizada desde el interior del faro del coche despeñado, de ahí los cristales rotos; recuerdo, en muchos episodios, aquellas turbinas fabulosas entre las que asomaba un puño, una onomatopeya, una de aquellas estrellitas que expresaban el dolor, con las que Hergé -y algunos cartoon estadounidenses- daban cuenta de las peleas. Ya en la siguiente viñeta, el perdedor aparecía con un ojo amoratado, las ropas rotas e incluso algún esparadrapo en el rostro. Y recuerdo especialmente la portada de la segunda versión en color de La isla negra, es decir la de 1966.
Publicado el 27 de julio de 2020 a las 13:00.