Leo en la página web franciscogarciamarin.com, la página del candidato a rector de la Universidad de León, un comentario de 'Fer' relativo a la Facultad de Veterinaria y a la falta del certificado europeo que otorga la Asociación Europea de Establecimientos de Educación Veterinaria (EAEVE). El comentario va en un tono muy crítico pues el ahora candidato a rector, Juan Francisco García Marín, fue decano de Veterinaria 8 años -de 2002 a 2010- en los que quizá se podría haber hecho algo más para lograr ese certificado europeo de calidad que, lo que son las cosas, lo tienen nueve de las once facultades de Veterinaria de España con la sola excepción de Cáceres y León. Y yo lancé a la red, desde este blog, un artículo que había hecho sobre este tema hacía unas semanas hablando del desprestigio que significaba para la Facutad de Veterinaria de León, tantos años en los primeros años del ránking académico en España, no haber logrado dicho certificado una vez que la evaluación realizada en noviembre de 2001 'sólo' había detectado pequeñas deficiencias organizativas a la vez que recordaba la exigencia de incrementar el número de 'pacientes' (pequeños y grandes animales) que en aquellos tiempos estaba sobre 1.500 y que habría que aumentar hasta una cifra cercana a una ratio de 50 animales por licenciado (algo más de cien licenciados al año).
Bueno, pues se armó la 'marimorena'. Desde la Facultad de Veterinaria se vio el artículo como un ataque "a la Facultad, a la Universidad y a León" y como un ataque claro a un candidato a rector en beneficio del contrario. Poner los problemas encima de la mesa no es desprestigiar, sino ponerlos de manifiesto para ponerlos remedio. Aun así, decidí 'descolgar' el artículo instantes antes de asistir a la rueda de prensa de presentación del programa de Juan Francisco García Marín. Ahí también se habló de la necesidad de obtener dicho certificado logrando que el Hospital Clínico Universitario mejores sus prestaciones y sus crifras. Para el candidato Marín no es vital obtener dicho certificado de cara al futuro de la Facultad de Medicina, aunque reconoce que sería bueno lograrlo el año próximo cuando llega una nueva evaluación.
Estamos en elecciones a rector y unos dicen unas cosas y otros otras. Hay 15.000 votantes que tienen derecho a saber cuanto más mejor para decidir su voto. El candidato Marín critica la gestión de Hermida al verla gris por estar hipotecada por tener que afrontar una deuda de 23 millones de euros cuando el presupuesto anual de la Universidad de León es de 99 millones de euros. Hermida ha logrado poner en marcha un plan de asuteridad riguroso y a largo plazo para afrontar dicha deuda sin que se note una merma en la calidad de la Universidad. Y claro que en la aplicación de dicho plan ha tenido que hacer recortes y prejubilaciones que en otras circunstancias no se habrían hecho. Y no tiene más remedio que aceptar dichas críticas aunque las considere injustas. También el candidato Marín podría justificar porqué en ocho años de mandato como decano no se efectuaron las correcciones necesarias para haber logrado dicha certificación, o si como dice, es una evaluación cada diez añosse habría incidido en el Hospital Clínico Veterinario y ahora no estaríamos preocupados porque dicho hospital no funciona como debiera y el certificado está un poco lejano.
Es tiempo de elecciones, Hermida responde de la gestión de sus cuatro años de rector y Marín de sus ocho años como decano de Veterinaria, que es la única referencia que tenemos de él como gestor público. Yo no voto y me limito a poner sobre la mesa aquellos datos de interés que creo que inciden en el futuro de la Universidad de León. Y creo que si el buque insignia de la Universidad de León, la Facultad de Veterinaria, no va bien orientada ello repercute en el futuro de la Universidad de León. Ya sé que el propio Rectorado y la Junta de Castilla y León tienen una parte de culpa de que dicho certificado no se haya logrado, pero debe tener un poco más quien dirige los destinos de la Facultad de Veterinaria, primero por la permanencia en el cargo y segundo porque se llega al cargo siendo catedrático de años de dicha facultad por lo que debe conocer sus virtudes y carencias. En los ocho años de Marín como decano hubo dos rectores y varios consejeros de Educación, por eso quien debería haber movido ficha era Veterinaria, que es la primera beneficiada del reconocimiento europeo de calidad. Veterinaria se queja también de que el número de profesores se ha reducido prácticamente a la mitad; de superar los 200 a estar en el entorno de los 100.
El 22-M sabremos por dónde se encamina el futuro de la Universidad.
Publicado el 7 de marzo de 2012 a las 09:45.