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Blog de Alberto Castillo

Sin acritud

Instrumentalización de las protestas

Ya es casualidad que la manifestación convocada en Madrid en apoyo de los estudiantes valencianos y contra las cargas policiales en las que derivó lo que en principio parecía una protesta pacífica contra la falta de calefacción en un instituto valenciano, acabara a las puertas de la sede del Partido Popular de la calle Génova con el lanzamiento de piedras y bolas de acero. Los manifestantes previamente se habían concentrado frente a la sede de la presidencia de la Comunidad para seguir el ritual de las manifestaciones que convoca la izquierda en Madrid, pues una algarada callejera que no se cebe contra Esperanza Aguirre parece que no tiene pedigrí. Esta es la consigna, ganar en la calle lo que no se consigue en las urnas y la excusa es lo de menos. Da igual protestar contra la reforma laboral que contra los recortes en educación. El caso es dar la sensación de que España esta en la calle, pues bajo el paraguas de la indignación cabe casi todo. Las manifestaciones del domingo fueron el primer germen de la instrumentalización de las protestas ciudadanas. Sin entrar en la habitual guerra de cifras, entre el medio millón que se atribuyen los convocantes y los cincuenta mil que estimó la policía, hay un término medio, aunque nadie puede negar que el domingo mucha gente se movilizó en todas las ciudades de España para protestar contra la reforma laboral. Allí estaban todos los grupos y organizaciones de la izquierda, los sindicatos, el PSOE, Izquierda Unida y los del 15-M, todos a una en la calle, entre ellos destacados socialistas. Algunos con responsabilidad directa en el gobierno que negó la crisis mientras engordaban las cifras del paro, como el ex ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. En todo momento el comportamiento de los manifestantes fue ejemplar, pero había que mantener la tensión. La protesta de los estudiantes en Valencia y la actuación policial han hecho el resto y el PSOE ha puesto a funcionar toda su maquinaria para alimentar la polémica. Conviene medir bien el tono de las soflamas y no manipular los hechos. Interior ha encargado una investigación que analizará si la policía actuó correcta o desproporcionadamente. Los estudiantes no deberían secundar a los provocadores, que son los que reventaron una manifestación pacífica. De hecho, ninguno de los 25 detenidos es alumno del Instituto Luis Vives que dio origen a la protesta. Y los policías y sus responsables, responder con equilibrio para garantizar el orden. Por mucho que algunos se empeñen, ni esto es Grecia, ni queremos que se le parezca.

Publicado el 27 de febrero de 2012 a las 11:30.

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Renovación de personas pero escasez de ideas

El paro, junto con los problemas de índole económica, sigue siendo el principal problema de España y la primera preocupación de los españoles, según el último sondeo del CIS. A los ciudadanos, tener trabajo, o perderlo, es lo que verdaderamente les quita el sueño. Y en tercer lugar, la clase política y los partidos políticos. A esto último se encuentra perfecta explicación. Las demandas de los españoles están clarísimas, y quieren que la clase política, de la que -no sin razón- desconfían, dedique su atención a resolverlas. Como muestra, el congreso que ha elegido en Sevilla secretario general del PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba. Allí se ha proclamado un nuevo líder y se han repartido los cargos de la ejecutiva, pero no se ha escuchado una sola propuesta sólida para luchar contra el paro. En el desconcierto que provoca una derrota electoral pesa más solucionar el vacío de poder antes que la sequía de ideas para reencontrarse con el electorado perdido. O porque el PSOE anda tan huérfano de ideas que necesita volver a echar mano de sus viejos fantasmas. De otra manera no se entiende que lo primero que seriamente haya propuesto el nuevo secretario general es la revisión de los acuerdos con la Santa Sede para acabar con los privilegios de la Iglesia católica y para sacar la asignatura de religión del horario lectivo. Cuestiones que, como indican los sondeos, están muy alejadas de las preocupaciones de los españoles, pero parece que ningún socialista se ha tomado la molestia de consultar el dato demoscópico. El cónclave socialista se ha ocupado más de poner rostros a un mensaje agotado que de renovar el mensaje, y en esta tesitura afronta un futuro nada fácil, ni para el ganador, ni para los perdedores. La primera prueba será Madrid, donde el primer fin de semana de marzo se celebra el congreso del PSM, una cita en la que se medirán de nuevo las fuerzas de los partidarios de Rubalcaba, que presentarán una candidatura en la que se han barajado, entre otros, nombres como el ex ministro Valeriano Gómez, Pilar Sánchez Acera, e incluso el secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez. Rubalcaba tratará de arrebatar el liderazgo a Tomás Gómez, recuperar una importante Federación que se le va de las manos y de paso ajustar viejas cuentas con el ex alcalde de Parla. Tomás Gómez  y también Rubalcaba deberían mirarse al espejo y reflexionar por qué el socialismo topa una y otra vez contra el muro del PP en Madrid. Quizá la respuesta esté en el CIS, y tambien en los congresos, en los que importan más las personas que sus ideas. 

Publicado el 13 de febrero de 2012 a las 10:00.

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Reducir las competencias a las comunidades

Hace unos pocos años, la agenda política entre el Gobierno central y las comunidades venía marcada por la permanente exigencia de las competencias, especialmente las comunidades gobernadas por los nacionalistas, cuyos parlamentos aprobaban resoluciones reclamando para sí la asunción de nuevas competencias para avanzar en el autogobierno. Eran tiempos en los que todo parecía insuficiente y el peso específico de una comunidad se medía por el nivel de servicios que arrebataba al Estado para gestionar en su ámbito territorial. En épocas de bonanza el incremento del gasto en que se incurría a medida que se asumían nuevos servicios era un tema menor. Una frase de José Bono resume este espíritu: "Hágase lo que se deba, aunque se deba lo que se haga".  En el actual escenario de crisis económica, aquella fiesta autonómica ha terminado por estrangular financieramente a las autonomías. Los dirigentes autonómicos no encuentran otra salida que revisar el reparto del gasto entre el Estado y las comunidades en un intento de racionalizar y garantizar la eficacia y las prestaciones del Estado del Bienestar. Muchos lo piensan, pero pocos se atreven a reclamarlo en público, y ha sido una vez más la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la que se ha puesto el cascabel al gato para que el Estado libere a las comunidades de gastos en educación, sanidad y justicia. En el Comité Ejecutivo Nacional del PP y sin citarlo expresamente, planteó la fórmula del tan temido como inevitable copago para que, por ejemplo, los mas ricos paguen las medicinas, la educación universitaria o las tasas judiciales según su renta, pues son gastos que recaen sobre los presupuestos de las autonomías y su coste debe ser repartido entre los ciudadanos en función de su poder adquisitivo. Y para explicarlo bien, se ha puesto a sí misma como ejemplo de la injusticia que supone para el erario público que ella no pueda pagar más por las medicinas que recibe para el tratamiento del cáncer de pecho porque existe un tope tarifario marcado por el Gobierno. Esperanza Aguirre no se muerde la lengua y le ha soltado a Rajoy un toro incómodo de lidiar: para controlar el déficit habrá que recortar gastos innecesarios, pero también revisar qué competencias y servicios no son imprescindibles. Posiblemente no es el momento más oportuno para el PP, con las elecciones andaluzas a un par de meses vista. A Rajoy no le habrá hecho mucha gracia que Aguirre le quiera marcar la agenda de reformas, pero lo que reclama tiene todo el sentido.

Publicado el 26 de enero de 2012 a las 09:15.

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Las chicas de oro de Madrid

Archivado en: Esperanza Aguirre, Ana Botella, Cristina Cifuentes

Tres mujeres ostentan la máxima representación institucional en la comunidad de Madrid. Un trío de ases formado por la presidenta Esperanza Aguirre, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la última en llegar, la nueva delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. Las tres tienen maneras diferentes de ejercer la política pero cuentan con el nexo común de la experiencia y la valía profesional demostrada en las distintas responsabilidades que cada una de ellas ha ido asumiendo. Estamos acostumbrados a nombramientos propios de laboratorio del quimicefa que han dado auténticos floreros de la políticos barnizados de paridad, en los que no se tuvo en cuenta la capacidad e idoneidad para el cargo, por lo que es de suponer que esta nueva fase de la política repercutirá positivamente en un mejor servicio a los ciudadanos. La nueva delegada del Gobierno se ha marcado por delante tres grandes retos: acabar con el repunte de la criminalidad y la inseguridad del sector comercial, especialmente el castigado gremio de joyeros; acabar con la impunidad con que los okupas asaltan a su antojo pisos y edificios, y garantizar la convivencia y el mantenimiento del orden público ante la radicalización de los movimientos de indignados. En definitiva, garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos. Para ello va a contar con la máxima colaboración y apoyo del ministro del Interior y del director general de la Policía, que han apostado por convertir Madrid en una de las capitales más seguras de Europa. Este fin de semana y horas antes de tomar posesión, un grupo de radicales ya le anticiparon que tendrá que aplicarse a fondo en sus propósitos, tras un intento de asaltar el metro de Callao respondiendo a la convocatoria del movimiento "yo no pago", que impulsa la desobediencia civil mediante acciones como la de colarse sin pagar en el transporte público. Cristina Cifuentes, en su toma de posesión, se refirió a ello. De cara a alcanzar acuerdos para la  la imprescindible convivencia, el diálogo entre las partes es el mejor instrumento posible, pero esa convivencia se garantizará desde la firmeza de la ley. Un aviso a navegantes de que la etapa que comienza nada va a tener con la de su predecesora Dolores Carrión. Como tampoco será igual la relación institucional entre Comunidad y Ayuntamiento. Este lunes tendrá lugar el primer encuentro entre las dos damas de la política madrileña con el que arranca un tiempo de entendimiento entre las dos administraciones ajeno a tensiones y suspicacias del que sin duda se beneficiarán los ciudadanos.

Publicado el 19 de enero de 2012 a las 15:00.

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Una sentencia polémica y un juez en el banquillo

La sentencia del caso Marta del Castillo nos ha dejado una amarga sensación de impotencia al comprobar que un grupo de delincuentes han sido capaces de torear a la Policía y a todas las instancias judiciales a su antojo y finalmente se han salido con la suya. Tras conocerse la condena de Miguel Carcaño a 20 años de prisión y la absolución del resto de sus cómplices, muchos ciudadanos hemos sentido rabia e indignación ante un fallo que ha sumido a la familia de la joven asesinada en la más absoluta desesperación y ha provocado un sentimiento generalizado de desconfianza en la justicia. ¿Cómo es posible que unos indocumentados hayan podido tener en jaque a la policía, mareándoles con sus innumerables versiones de lo ocurrido, proporcionando pistas falsas y que la policía no haya sido capaz de sacarles la verdad? Si la función de la justicia es proteger a los ciudadanos honrados de los delincuentes y compensar a las víctimas por el daño provocado, esta sentencia no sólo no ha cumplido su función, sino que alienta a futuros asesinos o delincuentes a cometer delitos sabiendo que hay puertas abiertas por donde eludir las consecuencias. Pero por mucho que haya que taparse la nariz para leer la sentencia, las pruebas aportadas por la fiscalía y la acusación particular respecto a la participación del hermano de Carcaño y su novia no han sido suficientes y no han conseguido acreditar fehacientemente su implicación en los hechos, por lo que ha prevalecido la presunción de inocencia frente a la certeza moral -pero sin pruebas- del delito. Lo contrario, nos guste más o menos, no sería una verdadera justicia. Probablemente haya que mirar hacia la policía que no ha sido capaz de encontrar el cadáver de Marta y de aportar las pruebas concluyentes que hubieran condenado a estos indeseables. Pero el juez, con las pruebas sobre la mesa, ha hecho lo que la ley le indicaba que tenía que hacer, pues la presunción de inocencia es la base del Estado de Derecho. El sistema judicial garantiza los derechos de todos, hasta de los delincuentes, y nadie puede saltárselos. Nadie, ni siquiera un juez. Por la misma razón carecen de fundamento las críticas que los partidarios del juez Garzón están profiriendo en contra de que sea juzgado en el Supremo por prevaricación. Por mucho que haya perseguido la corrupción y la tiranía, los crímenes del franquismo, a los narcos o a los terroristas. Por encima de todo están las leyes, que amparan también los derechos de los acusados, y ningún juez, por mucha estrella que tenga, puede saltárselas.

Publicado el 18 de enero de 2012 a las 15:30.

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¿No hay alternativa a la subida de impuestos?

En política, la ejemplaridad es tan importante como la honestidad. La subida de impuestos es una de las medidas más impopulares que puede adoptar un gobernante, sobre todo cuando hay otras alternativas. Rajoy llegó al poder con el objetivo de recortar 16.000 millones para cuadrar las cuentas y se encontró con un déficit dos puntos por encima del reconocido y comprometido ante la UE, que era del 6 por ciento, y un agujero que se acerca a los 40.000 millones. Hay que ser muy ingenuo para creerse los datos que manejaba el anterior Gobierno, cuando ha dado tantas muestras de prestidigitación política. Sorprende que Rajoy no tuviera un plan alternativo por si le bailaban las cifras del Estado, como apuntaban todos los indicios. Al final ha tenido que improvisar una subida de impuestos, decisión que coloca al presidente del Gobierno frente a sus votantes, que le dieron la confianza mayoritaria entre otras, por su promesa de no subir impuestos. Rajoy prometió que si los datos que facilitaba el PSOE reflejaban la realidad de las cuentas no subiría los impuestos. Fue deliberadamente ambiguo ante la posibilidad, sospechada por todos, de que lo que iba a encontrar debajo de las alfombras superaría con creces las previsiones más pesimistas. ¿Mintió Rajoy? No. Mintió el gobierno saliente y ahora pagamos las consecuencias todos los españoles a los que nos afecta la subida del IRPF. El agujero es tan grande que no es suficiente con reducir el gasto si no se aplican medidas adicionales para aumentar los ingresos por la vía impositiva. El problema es que se ha permitido a los políticos gobernar a base de excesos, gastando alegremente lo que no tenían. En la economía de los hogares es sagrado que si tienes 100 no puedes gastar 120, y que cuando los ingresos son menores que los gastos lo que hay que hacer es gastar menos. En definitiva, hacer los deberes. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, los ha hecho. Fue la primera comunidad que adoptó medidas de ajuste cuando la crisis empezaba a asomar y su deuda no llega al 8% del PIB regional. Por eso se ha permitido el lujo de desmarcarse de Rajoy anunciando que estudia una rebaja de medio punto acumulativo del IRPF en el tramo que se aplica en la región. Lo que parece un desafío de Esperanza Aguirre no es más que los frutos de una política fiscal seria. Madrid cumple holgadamente el objetivo del 1,3% fijado para el año pasado gracias a los fuertes ajustes en el gasto público que ha venido aplicando. Y de justicia es que esos esfuerzos reviertan en los ciudadanos.

Publicado el 16 de enero de 2012 a las 12:45.

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Ante la adversidad, valentía y determinación

Con los mejores deseos para el año que comienza, cerramos este difícil año, una travesía que se nos ha antojado dura, acorde a las negras previsiones que auguraban meses de dificultades para una sociedad acostumbrada a vivir bajo el paraguas del bienestar que ahora añoramos como un preciado bien que se nos escapa entre los dedos. Y siendo un momento extremadamente delicado, no podemos dejar de mirar al horizonte con optimismo, pues la mera oportunidad -querido lector- de que estés sosteniendo entre tus manos un ejemplar de Gente, implica que hemos cumplido el objetivo marcado de acudir semanalmente a nuestra cita con la información. Con notable esfuerzo y no menor sacrificio, hemos mantenido el rumbo en medio de la tormenta que ha hecho zozobrar a muchas empresas informativas que no han  podido sucumbir a la caída generalizada de los ingresos publicitarios. Inmersos en una crisis tan profunda, seriamente afectados los medios de comunicación por un deterioro sin precedentes, no hay duda de que la mejor y única receta para salir adelante es la confianza en nuestra capacidad de recuperarnos desde el esfuerzo diario, afrontando los problemas de frente, cogiendo el toro por los cuernos. Así lo ha hecho el Rey, que en dos ocasiones en los últimos días, en el tradicional mensaje navideño y con ocasión del acto solemne de apertura de la Décima Legislatura en el Congreso de los Diputados, se ha referido en sendos discursos a la eficiencia, honestidad y trabajo que deben guiar a los responsables públicos. Dos relevantes citas que han marcado un antes y un después en la imagen que los españoles tienen de la monarquía y de su Rey, que ha dado una lección de cómo dar la cara cuando las circunstancias vienen mal dadas. Especialmente significativa fue la alusión del discurso de nochebuena, en la que el Rey reclamó “rigor, seriedad y ejemplaridad”, porque todos, “sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar”. Repetir a estas alturas, como dijo Su Majestad, que “cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la Ley, porque la justicia es igual para todos” es una obviedad, pero muestra la autoridad moral de la Institución y su valentía al pedir que se aplique el rigor de la Ley incluso a miembros de su casa cuando un juez ha imputado a su propio yerno. Las alusiones a la ética y la ejemplaridad de los responsables públicos nos deben servir de ejemplo de cómo crecerse ante las dificultades. Este es el mensaje que debe quedarnos claro. Estamos en un momento de extrema dificultad, pero lejos de agachar la cabeza y arredrarnos ante la adversidad, cada uno desde su responsabilidad ha de saber estar a la altura. El jefe del Estado ha demostrado que sabe ponerse al frente para encabezar la necesaria suma de esfuerzos para superar los importantes retos actuales. Y lo ha hecho donde más le dolía. La cálida ovación que recibió en el Congreso así lo prueba.
Por lo demás, despedimos el año dando la bienvenida a la primera  alcaldesa de Madrid. Ana Botella culmina una larga travesía que inició hace ocho años y medio, cuando en el año 2003 entró en el Ayuntamiento. En este tiempo ha tenido ocasión de conocer bien la gestión municipal desde  su responsabilidad al frente de las Áreas de Empleo y Servicios Sociales, y de Medio Ambiente y Movilidad, además de ocupar la segunda tenencia de alcaldía. Experiencia más que suficiente para tomar las riendas. Su principal reto, tras heredar un ayuntamiento fuertemente endeudado, será acabar con los estereotipos por ser la esposa de José María Aznar. Para todos aquellos que sólo ponen el acento en “la mujer de” y pretenden purgar la inquina hacia el ex presidente en la persona de la ahora alcaldesa, en su discurso de investidura reivindicó, por derecho, su figura: “Es para mí una referencia personal y política”.  Podrá ser mejor o peor alcaldesa, y la juzgaremos por sus aciertos o errores, pero no por ser “la mujer de”.

Publicado el 29 de diciembre de 2011 a las 15:15.

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Un alcalde que quería ver el mar

Archivado en: Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de justicia, Ana Botella

Alberto Ruiz-Gallardón lleva 28 años trabajando por Madrid. Primero, como concejal, donde fue elegido en 1983 y cuatro años mas tarde, como diputado por la Asamblea de Madrid. Tras dos legislaturas en la oposición contra Joaquín Leguina, consiguió arrebatarle por mayoría absoluta la presidencia en 1996. Otros cuatro años en la Comunidad hasta que Aznar le pidió encabezar la candidatura al ayuntamiento de la capital en 2003. En sus tres legislaturas, ganadas por abrumadora mayoría, ha vencido a los tres candidatos que le puso enfrente el PSOE: Trinidad Jiménez, Miguel Sebastián y Jaime Lissabetzky, convirtiendo a Madrid en una codiciada e inexpugnable plaza para el socialismo. Con estas credenciales Gallardón necesitaba ver el mar, asomarse a la ventana y respirar el aire fresco de la política nacional. Madrid hace tiempo que se le quedó pequeño. Hace cuatro años cometió el error de expresar públicamente su deseo de concurrir como número dos del PP por Madrid a las Elecciones Generales, lo que provocó un agrio enfrentamiento con Esperanza Aguirre y un quebradero de cabeza para Mariano Rajoy, que finalmente optó por dejarle fuera de las listas. A punto estuvo de abandonar la política. Pero si algo caracteriza a Alberto Ruiz Gallardón es la tenacidad y no estaba dispuesto a tirar la toalla. Se convirtió en el más leal servidor de Rajoy y se lo demostró en el Congreso de Valencia en el que su liderazgo fue cuestionado, entre otros, por Esperanza Aguirre. Ha pasado en los últimos tres años de ser el verso suelto del PP a ser uno de los más cercanos colaboradores de Rajoy y una de las piezas claves del núcleo duro del presidente del Gobierno. Ahora le ha llegado su penúltimo reto, formar parte del Gobierno de la nación. Desde su nuevo destino en el ministerio de Justicia, tiene por delante una magnífica oportunidad para aplicar su espíritu reformista a una de las instituciones que más necesitan de un cambio en profundidad que permita recuperar la confianza de los ciudadanos en la Justicia y propiciar su independencia e imparcialidad. Trabajo no le va a faltar. Tiene pendiente la renovación del Tribunal Constitucional y el cambio en el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial. y el reto de hacer compatibles los distintos sistemas informáticos de los diferentes tribunales españoles. La salida de Gallardón trae consigo el relevo en el ayuntamiento, donde por primera vez una mujer ocupará el sillón consistorial. Antes del 3 de enero, Ana Botella será la nueva alcaldesa

Publicado el 21 de diciembre de 2011 a las 21:15.

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Discurso de investidura

A la espera de conocer los ministros, tenemos encima de la mesa la hoja de ruta que el ya presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desgranó en su discurso de investidura. No recuerdo en democracia una investidura que haya deparado tanta expectación por conocer las medidas concretas que van a condicionar el devenir del país en los próximos años. Rajoy ha trazado un camino para avanzar con firmeza hacia el futuro que permita sacar a España de la UVI donde está ingresada con aspecto de muy grave y sin visos de mejora en el corto plazo. La imagen que nos queda tras su intervención ante el Parlamento es la de un gobernante que tiene las ideas claras y que cuenta con la determinación necesaria para llevarlas a cabo. Para reducir el déficit y cumplir los compromisos con Europa, aprobará una ley de estabilidad presupuestaria y de austeridad en el gasto con la que pretende ahorrar cerca de 16.500 millones de euros. La reestructuración del sector financiero es otro de sus grandes ejes, y para ello contempla más fusiones bancarias y mayor control del Banco de España. Se ha propuesto una ambiciosa reforma administrativa en la que se suprimirán organismos públicos innecesarios y se congelará la contratación de nuevo personal, salvo en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y en los servicios públicos básicos. En cuanto al mercado laboral, primará la contratación de trabajadores fijos, trasladará los festivos a los lunes, reformará la negociación colectiva para primar los acuerdos extrajudiciales y suprimirá las prejubilaciones. La única concesión al gasto será la actualización del poder adquisitivo de las pensiones. Cierto es que no aportó grandes novedades sobre lo ya avanzado en su programa electoral; lo prioritario es crear empleo y fomentar el crecimiento económico, pero no mostró en detalle los planes para la legislatura. La falta de concreción puede tener dos posibles lecturas: la primera es que no quiere anunciar las medidas más duras por estrategia electoral porque tiene la vista puesta en arrebatar el poder al socialismo en Andalucía. La otra razón es que todavía no conoce las cifras del déficit público, lo que podría obligarle, una vez conocida la cifra real, a realizar recortes adicionales. Pero para compensar esa supuesta inconcreción, Rajoy se marcó a si mismo los deberes mediante plazos concretos de ejecución, una práctica de honestidad política a la que no estamos acostumbrados. Su discurso se podría resumir en una frase: "Al pan, pan, y al vino, vino".

Publicado el 21 de diciembre de 2011 a las 19:15.

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La despedida de Alberto Ruiz-Gallardón

El viejo profesor Enrique Tierno Galván fue un maestro en el uso de la ironía para comunicarse con los madrileños. A través de sus recordados "Bandos", dejó a lo largo de su mandato extraordinarias muestras de talento político cinceladas de simpatía con las que se ganó el afecto de los madrileños. Su estilo dejó honda huella en el municipalismo posterior. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón también es mordaz e irónico, y no puede resistir la tentación de enredar si se da la oportunidad; en esta ocasión ha vuelto a provocar la polémica con su felicitación navideña. Como ya es habitual, ha elegido una enigmática cita que invita a la especulación acerca de su futuro político y a estas alturas todos estamos dándole vueltas a la frase de marras, buscando dobles interpretaciones y lecturas entre líneas. Gallardón no da puntada sin hilo y ha escogido para esta ocasión un fragmento de ‘Sobre la razón histórica', de Ortega y Gasset, en el que se reflexiona sobre el concepto del hombre: "El hombre ha sido siempre así: ha sido una cosa y luego otra, se ha embarcado en un ideal, lo ha agotado y por haberlo agotado y en virtud de la experiencia que esto le proporcionaba, ha ensayado otro. Las formas más dispares del ser han pasado por el hombre; pues el hombre es pasar, es irle pasando cosa tras cosa". La cita de Ortega y Gasset parece estar hecha a la medida del futuro inmediato de Gallardón, en plena especulación sobre las intenciones de Mariano Rajoy de incluirle en su consejo de ministros. Puede parecer que el alcalde está anticipando su despedida hacia otros menesteres de la política nacional, aunque el único que tiene la última palabra es Rajoy, por lo que podríamos estar simplemente ante una forma de Gallardón de divertirse a costa de los especuladores que pueblan los mentideros de la Villa y Corte, tan dados a opinar acerca de aquello que desconocen. Sea cual sea su futura ubicación, en el Consejo de Ministros o en cualquier otra responsabilidad, su gestión no provocará indiferencia. Ha sido un gran presidente de la Comunidad y un magnífico alcalde de Madrid a pesar de las críticas que su gestión ha levantado y el nivel de endeudamiento en el que ha dejado la ciudad. Pero es incuestionable que Madrid es hoy una ciudad infinitamente más habitable, moderna y cosmopolita que hace unos años. Ha impulsado grandes obras que podrán ser cuestionadas, y que nos escuecen en el bolsillo, pero indudablemente han mejorado el trafico y el paisaje urbano. Lo fácil, es no arriesgar y no hacer nada. Y como la cosa va de citas: "Ladran, luego cabalgamos".

Publicado el 15 de diciembre de 2011 a las 14:15.

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Alberto Castillo

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid. Periodista madrileño, de 46 años, cuenta con una dilatada experiencia en medios. Ha sido subdirector general de la Agencia de Noticias Servimedia. Gran parte de su carrera profesional ha estado vinculado a la radio en distintas cadenas. Comenzó en la Cadena Rato en los años 80 y de ahí pasó a la COPE, cadena en la que fue redactor de informativos locales, redactor jefe del informativo matinal "La Mañana" (con el desaparecido Antonio Herrero), redactor jefe de informativos de fin de semana y jefe de prensa. Su última etapa en la radio fue en la extinta Radio España-Cadena Ibérica.

 

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