A las 8:00 de la mañana del pasado jueves la plataforma 15-M Alcorcón y múltiples vecinos se reunían a las puertas del número 70 de la calle Mayor, edificio donde residen Lucía, Franklin y sus dos hijos de 10 y 17 años. Su desahucio estaba programado para esa misma mañana y allí se congregaron numerosas personas para impedir el desalojo y mostrar su apoyo. Finalmente se llegó a un acuerdo de aplazamiento por un periodo de dos meses.
gentedigital.es/A.M.
07/9/2012 - 17:22
"Estoy muy nerviosa, no sé lo que va a pasar. Estoy escuchando lo que grita la plataforma y la gente y estoy muy agradecida a todo el mundo que nos está ayudando", comentaba Lucía a GENTE con una voz entrecortada y angustiada a las 8:30 de la mañana. A esa hora aún no sabía que las negociaciones le darían un margen de dos meses para abandonar su vivienda. La comisión judicial y la procuradora del banco BBVA, entidad con la que la familia tiene firmada la hipoteca de la casa, llegó y las dotaciones de policía se ponían alerta. Tras aproximadamente dos horas el abogado comunicaba que se había conseguido un aplazamiento de dos meses para que la familia se busque otro sitio y abandonar la vivienda. Mientras, miembros de la Plataforma 15-M y vecinos seguían bloqueando las puertas del portal como llevaban haciendo desde primera hora. "No sé que va a pasar todavía, qué vamos a hacer ahora ni dónde vamos a ir pero estoy un poco más aliviada", comentaba Lucía a GENTE después de conocer la noticia.
Una vez conocido el acuerdo,la Plataforma 15-M se desplazaba a la puerta de la entidad bancaria BBVA situada en la calle Fuenlabrada a modo de protesta. Durante toda la mañana se oyeron frases contra los bancos y algunos vecinos se preguntaban dónde estaba el alcalde del municipio. Un alcalde que según los vecinos congregados, debería estar allí apoyando a esa familia en esos duros momentos.
Su historia
Lucía Intriago llegó a España en 1999 procedente de Ecuador en busca de un trabajo. En el 2000 vino Franklin con el que tiempo después formaba una familia. Lucía trabajaría como limpiadora y Franklin como albañil. Con ambos sueldos adquirieron una hipoteca con el BBVA para comprar la vivienda de la que ahora les quieren desahuciar. Franklin perdió su trabajo y con el sueldo de 900 euros de Lucía no les llega para pagar la hipoteca de 800 euros que les fijó el banco.
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