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Ángel Martín: "Uno de los mayores miedos es ser honestos con nosotros mismos"

Tras ‘Por si las voces vuelven', el humorista publica nuevo libro, ‘Detrás del ruido' (editorial Planeta), con el objetivo de transmitir su experiencia sobre salud mental.

Archivado en: entrevistas, cultura, Ángel Martín

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Foto: Javier Ocaña

"Al escribir estos libros decidí que no podía esconder nada"

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Francisco Quirós Soriano
15/12/2023 - 00:44

Presentador, monologuista, guionista, ‘streamer'... Cuesta escoger una sola faceta a la hora de referirse a Ángel Martín. Después del éxito de ‘Por si las voces vuelven', el humorista se vuelve a sentar frente al teclado para firmar ‘Detrás del ruido', un libro que también gravita en torno a la salud mental.

En el informativo matinal previo al lanzamiento del libro mostraba un miedo lógico a cómo sería recibido este 'Detrás del ruido'. ¿Está ya más tranquilo?
No lo voy a negar, estoy mucho más tranquilo. Es verdad que el libro lleva muy poco fuera, tú yo estamos hablando cuando apenas han pasado 24 horas desde el lanzamiento, pero ya he empezado a recibir mensajes que lo ha leído o escuchado, con la frase de "si te sirve, que sepas que a mí me ha servido". Con eso ya uno va calmándose poco a poco. Que las primeras reacciones sean de gente a la que le está sirviendo y ver imágenes de frases subrayadas o compartiendo notas del libro, tranquiliza mucho.

¿Cómo de difícil es situarse detrás del ruido?

Fíjate, creo que es difícil decidir de forma consciente que vas a hacer el esfuerzo de intentarlo. Una vez empiezas a hacerlo, te das cuenta de que es mucho más cómodo, inteligente y práctico estar ahí que no estar. Lo más complicado muchas veces es decidir centrarte en descubrir cuánto de lo que hay en tu cabeza es ruido, cosas del pasado, tú mismo saboteándote, cosas que haces sin pensar... Esa decisión que te obliga a frenar y a replantearte muchas cosas, ver casi un espejo cómo eres, es más complicado que lo demás. El arranque es lo más difícil, siempre.

Leyendo el libro, queda la sensación de que está pensado no sólo para las personas que tienen algún problema, sino también para la gente que le rodean sobre cómo actuar y, sobre todo, en relación a cómo no actuar.
Hoy justo he charlado con alguien que me ha dicho que se leyó el libro para hacer la entrevista y al rato se ha topado con una persona que tenía ciertas actitudes y con la que, de no haber leído el libro, se habría comportado de forma distinta. Esa sensación de que puede servir tanto a quien esté decidiendo tratar de descubrir cómo apagar voces complicadas, como a gente que no está en ese proceso es algo muy guay porque sirve para algo más de lo que tenía previsto.

"El libro sirve para todos, no solo a gente que quiere apagar esas voces" 

Asegura que su principal meta es no volver a caer. ¿Por qué cree que la gente tiene esa visión generalizada de que, una vez pasado el momento de crisis, ya está todo resuelto?
Creo que porque se apaga el dolor y el agobio del momento, tienes la sensación de que las cosas no se pueden repetir una vez más, así que bajas la guardia, te vuelves a comportar exactamente igual que antes de que eso sucediera, no tomas medidas, no te planteas quién eres y otra serie de cuestiones y acabas entrando en la misma espiral en la que estabas antes, el riesgo vuelve a ser el mismo. Si sigues haciendo lo mismo todo el tiempo, es muy probable que te pasen cosas muy similares. Cambiar requiere un esfuerzo, no hay otra salida; muchas veces esperamos a que alguien venga, nos diga que no tenemos que hacer nada, que nos va a tocar la frente, nos va a dar una pastilla y repetiremos unas palabras para que todo esté bien. Sin embargo, lo más importante es entender que el esfuerzo final lo tienes que hacer tú, aunque descubras algo que te va a asegurar estar bien siempre. Eso es lo más complicado de todo.

A esa montaña de "no volver a caer" la describe como un poco menos empinada que cuando uno se rompe, pero, ¿es más larga?

No te voy a engañar, creo que es eterna, para siempre. Tengo la sensación de que si de repente dices "ya está" y te despreocupas, eso implica la posibilidad de que todo vuelva a coger la misma inercia, cometas los mismos errores y te comportes exactamente igual, a menos que logres convertirte en otra persona totalmente distinta durante más tiempo del que ha estado el otro personaje. No creo que la segunda montaña tenga un final, pero no está mal.

¿Cómo se lleva con su yo escritor?

En el apartado "yo esto no lo saco" decidí que, cuando iba a escribir algo con la intención de tratar de ayudar a otras personas que se vieran en mi situación, no podía esconderme nada, no puedo tener un as debajo de la manga, estaría haciendo trampas. No, ese no es el apuro que tengo. Cuando me siento a escribir lo que más me agobia es que se entienda lo más rápido y fácil posible. Generalmente escribo, a continuación valoro si eso se puede explicar de forma más rápida y sencilla, lo reescribo y no paro hasta que no tengo la sensación de que ya no puedo masticarlo más para el lector. Tengo una especie de obsesión con eso. Creo que alguien que te dedica su tiempo merece que no le entretengas mucho, intento que sea productivo ese tiempo.

Apela a la honestidad, fundamentalmente con uno mismo. ¿Es uno de los principales errores que cometemos?

No sé si error, pero creo que es uno de los mayores miedos que tenemos. De repente te obliga a reconocer que has hecho determinadas cosas, que te has comportado de una forma concreta o que has pensado en cosas que realmente no creías. Ese pegarte bronca a ti mismo y tener que cambiar, es una putada, da mucha rabia. Por eso creo que da mucho miedo. Si no tienes la respuesta, al menos tienes una excusa, pero si te paras a pensar, descubres lo que sucede y no tomas medidas, te sientes, además, un poco tonto. Es más fácil no saber qué pasa.

Otro de los conceptos que aborda en el libro es de la culpa. Hay personas que la tienen interiorizada de una forma exagerada y otras que solo la buscan en los demás. Haría falta un equilibrio.

Sí, sería interesante, ni siempre es tan culpa del otro ni siempre es tan culpa tuya. Generalmente pocas veces hay alguien inocente del todo, en muchas ocasiones casi todos tenemos culpa cuando algo no funciona o no va como debería. Por eso acabas buscando no tanto quién tiene la culpa como  la certeza de que tú no eres el culpable. Cuando llegas a un punto en el que te convences de eso, dejas de investigar, porque si sigues haciéndolo quizás descubras que tú empezaste esa cadena para que todo se fuera a la mierda. Muchas veces buscamos una muestra de que la culpa no es nuestra. Lo bueno que tiene la culpa es que hay un momento en el que, si te perdonas a ti mismo, todo acaba pasando.

Hay muchas frases impactantes en el libro, como "aprende a distinguir lo que necesitas de lo que quieres". En una sociedad tan consumista, parece un razonamiento fundamental.
Es esa inercia, de vivir por impulsos, sin plantearte si quieres todo eso que dices, por qué lo estás queriendo. Poniendo un ejemplo superficial: ¿realmente quieres el móvil nuevo en cuanto sale? ¿Hace algo tan nuevo respecto al que tienes? Puede ser que no estemos despistando en relación a pensar que la felicidad es lo que otros nos están diciendo que es para ellos. Por ejemplo, si alguien sube una foto a redes subido en un barco y dice que es el mejor fin de semana de su vida, quizás vivir eso mismo no hace que sea el mejor fin de semana de mi vida, igual tú te mareas en el barco y ni te lo ha planteado. No nos paramos a pensar cuál sería nuestra felicidad, dónde está, porque a lo mejor no es algo material.

"Muchas veces buscamos una muestra de que la culpa no es nuestra" 

En relación a los secretos, ¿sigue teniendo miedo a esa parte que le juzguen y le aparten?

No, afortunadamente ya no. He conseguido que me importe lo más mínimo lo que piensen otros. De repente me paré a pensar quiénes son "los demás", me importa lo que piensa la gente que de verdad me importa. No hay nadie en mi entorno que vaya a juzgar nada, podemos estar de acuerdo o no, podemos pensar distinto en algunas cosas, pero nos acabamos entendiendo. Esa idea de "los demás" creo que se está metiendo mucho en la cabeza y, cuando le preguntas a alguien quiénes son "los demás" se da cuenta de que realmente son personas que no tienen nada que ver con su vida y que no debería importarle lo que piensen sobre él. Solo es importante ser consecuente con uno mismo, pero para eso tienes que ir hacia lo que hemos hablado anteriormente: ser honesto contigo mismo.

'Por si las voces vuelven' fue un fenómeno con unos 500.000 lectores y 19 ediciones. El show del 27 de diciembre en el WiZink Center, 'Punto para los locos', tiene todas las entradas vendidas desde hace tiempo. ¿Todas esas cifras le generan vértigo?

He aprendido a estar muy agradecido con todo esto, a no normalizarlo, eso es bastante importante, sobre todo no convertirlo en una expectativa para lo que venga después. He dejado de empezar los proyectos con la intención de que se coman o superen al anterior, que produzcan más, cada proyecto nace con una intención distinta y, si cumple su objetivo, fenomenal, no tiene más. Me he bajado de esa especie de campeonato entre proyectos para ver si el siguiente libro lo lee más gente, no, cada proyecto tiene su vida, fin de la historia. Vives las cosas que suceden con un agradecimiento infinito. Si llevo 25 años haciendo entretenimiento y comedia es porque la gente ha decidido apoyar todos y cada uno de los proyectos que he hecho, fueran mejores, peores, más o menos divertidos. Lo único que tengo es que, cuando algo funciona mejor de lo que esperaba, me doy con un canto en los dientes. Era muy cansado. Lo viví mucho en televisión, parece un campeonato constante, que el día siguiente debes tener más audiencia y repercusión es muy agotador psicológicamente, no estás disfrutando lo que sucedió. Llegas a un programa que ha hecho un 1% de audiencia y lo disfrutas, pero si al día siguiente el objetivo no es divertirte sino hacer un 2% de audiencia ya se pierde toda la esencia. 

 

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