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Sara Baras: "Hay cosas que sólo se aprenden de momentos duros, no de los felices"

La bailaora gaditana arranca su gira ‘Vuela' en el Teatro Real con dos actuaciones: 1 y 2 de febrero. En este espectáculo rinde homenaje a Paco de Lucía.

Archivado en: entrevistas, cultura, Sara Baras

Sara Baras estrena espectáculo en el Teatro Real

"Da una fuerza especial representar en el mundo a parte de nuestra cultura"

Francisco Quirós Soriano
26/1/2024 - 00:27

Premio Nacional de Danza, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes... Se podrían llenar muchas líneas repasando los méritos acumulados por Sara Baras. La bailaora gaditana vuelve a llevar su talento a los escenarios de la mano de ‘Vuela', un espectáculo con el que conmemora los 25 años de su compañía y, lo más importante, rinde homenaje a Paco de Lucía.

Un cuarto de siglo de la compañía y el deseo de homenajear a Paco de Lucía. Resulta difícil encontrar dos motivos tan potentes para presentar ‘Vuela'.
Así es, veinticinco años de compañía y celebrarlo con un homenaje a Paco es doble regalo. La verdad es que estoy muy contenta, muy orgullosa, miro atrás y pienso en la influencia, no solamente de estos 25 años, sino también la del maestro. Esa mezcla es la esencia de este 'Vuela'.

Este viaje coreográfico se compone de 15 piezas. ¿Cómo es el proceso de creación de todas ellas para que, de forma global, tengan un sentido y una unión entre sí?
Está repartido en cuatro actos. Las palabras aquí están en movimiento. Son cuatro palabras que marcan el hilo argumental: 'Madera', 'Mar', 'Muerte' y 'A volar'. El recorrido está totalmente unido, porque son sensaciones que te van llevando a otras. Por ejemplo, 'Madera' es la raíz y el material del suelo sobre el que bailo y del instrumento que me acompaña, la raíz donde todo empieza, una parte más racial y tradicional. Después llega la brisa de la tierra, del 'Mar', del agua. Yo también soy gaditana y te acuerdas de la pasión que tenía Paco de Lucía por el mar, una pasión que yo también comparto, mi forma de bailar va muy ligada a ello. A continuación la vida culmina en 'Muerte', que por primera vez la interpreto tanto en el momento de luto, ese proceso de dolor, como en la aceptación de que las personas queridas tienen que irse para crecer personalmente y valorar que eres afortunada por haber vivido tantas cosas con ellos. Todo eso sucede para que al final puedas 'Volar' con tu imaginación, con tu libertad, y de la mejor manera, que es bailando con la música con sentimientos, porque sin ellos nada tiene sentido. El vestuario, las tonalidades, la escenografía... todo está en armonía. No tiene nada que ver sentirte agua que aceptar la muerte, así que hay un recorrido muy interesante.

Llama la atención que ‘Muerte' sea el tercero y no el último. ¿Por qué?
Porque la aceptas, la muerte no significa el final. Seguimos luchando, creciendo, compartiendo, transmitiendo...

¿Qué recuerdo guarda de Paco de Lucía?
Tengo muchos recuerdos. El maestro era espectacular, como artista por supuesto, pero también como persona, tenía mucho sentido del humor. Recuerdo una rueda de prensa en Sevilla, había un partido de fútbol de la selección española y él era muy futbolero. Teníamos que ir a la rueda de prensa juntos, pero tuvimos que esperar a que metiera un gol España. Ya en el ascensor me dijo que hablara yo, a lo que le respondí que no, sentía que debía hablar el maestro. Era muy cercano, tan cariñoso, te hacía sentir tan bien. Por otro lado, imponía tanto porque su música era mágica. Tenía algo especial. Cuando él falleció, yo estaba en Londres interpretando 'La Pepa' en el teatro Sadlers Wells. Lo pasé fatal. No me lo esperaba, pero, aparte, era una persona que me influía, tanto en lo personal como en lo profesional, algo que no me había pasado nunca. No quería escuchar una guitarra, te enfadas con la vida en ese momento. Sin embargo, poder aceptar eso y vivirlo es un reflejo de que hay golpes en la vida que te enseñan mucho. Por eso remato el espectáculo con 'A volar'; hay cosas que se aprenden de momentos duros, no de los felices.

¿Qué supone arrancar en un lugar tan importante y que era tan especial para Paco de Lucía como el Teatro Real?
Teníamos que empezar aquí la gira, porque va dedicado a Paco, y fue él quien abrió el Teatro Real al mundo del flamenco. He estrenado en el Teatro de los Campos Elíseos, en París, en Jerez, en Murcia, en La Maestranza de Sevilla, pero nunca lo había hecho en el Teatro Real. Aquí lo tenía muy claro: si es por Paco, es en el Teatro Real. Hay que agradecerle todo lo que ha hecho por el flamenco, por su música y yo, personalmente, quiero agradecerle todos sus consejos. Eso sí, da un poco de miedo arrancar aquí, es empezar arriba, no ascender progresivamente, pero el maestro se lo merece. El primer año actuaremos por toda España y ya en el segundo veremos la parte internacional.

Como gaditana, ¿tienen una connotación especial las actuaciones en el Teatro Villamarta, de Jerez?
Te digo lo mismo, empezamos en el Teatro Real pero luego abrimos el Festival de Jerez, que me encanta. Allí he bailado muchas veces y el maestro estuvo también en el Villamarta, que es un teatro tan de siempre para los flamencos. Me parece precioso. También pasaremos por el Liceo de Barcelona, que es maravilloso; Sevilla, que es una ciudad que me encanta, normalmente suelo estar en el Maestranza pero el Cartuja Center me ha enamorado; Bilbao, que es otra ciudad que me hace mucha ilusión; Málaga, que está el Cervantes... El recorrido es tremendo. Ahora, en la presentación, estoy más tranquila, pero en los días previos estaba con un ataque de nervios ante lo que se viene.

A nivel internacional ha llevado su nombre por muchos sitios. ¿Se aprende a sobrellevar esa fama a nivel mundial?
No, sigue, esa responsabilidad a veces duele porque tú quieres estar lo mejor posible. Yo soy del directo, si bailo hoy y se llena el teatro hoy, surge la magia, pero mañana hay que volver a hacerlo. La responsabilidad de estar bien, de aportar un poco más, a veces es difícil. Sin embargo, por otro lado, el orgullo de representar parte de nuestra cultura por medio mundo, ser marca España y estar ahí te da una fuerza especial.

El flamenco tiene una parte emocional, de sentimientos. ¿Cómo se recupera de ese esfuerzo de cada actuación?
Tengo un equipo bestial y la suerte de tener los pies en la tierra. Somos como una gran familia, hay algunos, como el director técnico, Sergio Sarmiento, que lleva conmigo 25 años, estamos muy unidos. Eso sí, si hay algo que me duele más que nada es separarme de mi hijo, todo lo demás lo llevo de forma estupenda. Hay un ambiente de trabajo muy bonito, me parece muy importante que nadie se guarde una gota de sudor, que todos sean muy profesionales, pero, al mismo tiempo, que personalmente tengan mucha calidad porque vivimos juntos, algo fundamental cuando sales para esas giras tan largas.

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