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Llega la verbena de las elecciones

Anoche, a las 00.00 horas (y un segundo) comenzaba la campaña electoral. O esa cosa que así llaman para maquillar una realidad arrastrada desde los inicios de las legislaturas y mandatos. Se hace campaña continua y constantemente. Y no confundir los términos. En el gobierno central o en los autonómicos se legisla, se establecen leyes; en los ayuntamientos no; se gestiona. Cuestión de conceptos.

Archivado en: Julio Cayón, elecciones municipales, campaña electoral, Pedro Sánchez, General Franco, La Moncloa, Gobierno

Julio Cayón
12/5/2023 - 04:40

Total, que esta pasada noche de luna y estrellas -si no estaba el cielo cubierto- se plantaron en las calles y en las plazas, en las esquinas y en los chaflanes los partidos con sus líderes y huestes varias y variopintas -afiliados, simpatizantes y hasta curiosos y distraídos- para presenciar lo que se ha dado en denominar ‘pistoletazo de salida'; es decir, la pegada de carteles, que ahora se hace de manera testimonial para no ensuciar las paredes y dejar la ciudad como un erial. Lo que importa del ‘acto' es la foto y su posterior dimensión mediática horas después, a la mañana, si bien las redes sociales lo irán avanzando según se vaya produciendo. "Los tiempos cambian que es una barbaridad', que señalaba Don Hilarión en el sainete ‘La Verbena de la Paloma'. ¿La campaña electoral es otro sainete? Para muchos sí, lo es. Porque el grueso de los políticos -que no todos- son, de igual forma, un sainete en sí mismos.
Llega el momento de las ofertas -la mayoría de ellas vacuas- de quienes pretenden alcanzar el poder. Nada nuevo. Y sólo les faltará recordar -que lo harán- a estos adalides disfrazados frente a la troupe de turno y un complaciente auditorio el "puedo prometer y prometo", que le sirvió a Adolfo Suárez para alcanzar las más altas cotas de popularidad. El envoltorio es diferente, pero el fondo es idéntico. Aquí todo el mundo promete, a sabiendas de que farolean con bellaquería.
Un ejemplo más que concluyente lo viene protagonizando el inquilino de la Moncloa, el más controvertido presidente del Gobierno desde que las palmara el general (ísimo) Franco. Ahora, en los mítines a favor de obra, se descuelga con que ‘mi persona' va a construir tropecientas mil viviendas sociales. Y más ancho que alto. Y habrá quien se lo compre y tan feliz. El problema, en términos generales, es que la gente no lee los programas electorales y los compara cada cuatro años. Si lo hiciera comprobaría la menesterosidad de los ‘prometedores'.
Pues eso, que comienza la campaña electoral, el tiempo de las trapisondas y de los ‘salvapatrias'. Y el que más chifle, capador. Ya se sabe quienes serán los capados.

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