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Juan Ceacero: "La hipervisibilidad a la que estamos sometidos le gana terreno a la imaginación"

La_Compañía Exlímite lleva a Teatros del Canal hasta el 19 de mayo ‘Ficciones', una sugerente y divertida propuesta sobre los límites difusos de realidad y ficción

Archivado en: entrevistas, cultura, teatro, Compañía Exlímite, Juan Ceacero

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Representación de 'Ficciones'

Representación de 'Ficciones' · Fotos: Carla Maró

"El espectáculo divierte pero también da para ir desgranando qué has visto"

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F. Quirós
09/5/2024 - 17:33

Con el aval de propuestas extraordinarias como ‘Los remedios’ o ‘Cluster’, La_Compañía Exlímite da el gran salto de la mano de ‘Ficciones’, la obra que representa en Teatros del Canal hasta el próximo 19 de mayo. Hablamos con el director de la obra, Juan Ceacero.

¿Qué se va a encontrar el público en 'Ficciones'?
El público se va a encontrar nuestro cuarto montaje, aunque en realidad es el tercero desde que existe La_Compañía Exlímite. Me gusta pensar que cada montaje es la consecuencia del viaje anterior, y si en 'Cluster' o 'Los remedios' estábamos en el territorio de la autoficción, jugando con el material propio de los actores, aquí hemos hecho todo lo contrario: un pacto con la mentira. Hemos abrazado la ficción, nada de autoficción. Ese punto de partida derivó en una reflexión sobre el propio concepto de ficción y cuál es la relación que tiene hoy en nuestro mundo. La verdad, la mentira, la realidad y la ficción son los cuatro ejes con las que empezó el proceso de creación. Cuando empezamos a trabajar no hay ni texto, se hace una investigación sobre el tema en cuestión y se va construyendo. Realmente empezamos en febrero del año pasado.

Es un espectáculo muy divertido donde se mezclan tres universos distintos, uno que es una especie de boda que sirve como contexto y nos permite hacer desfilar a una serie de personajes que son referentes de la cultura y nuestro imaginario para entrar a fondo en el juego de cómo es meterse en la piel de otra persona; este juego de mascaradas, tan propio de los espectáculos de variedades y el vodevil. Luego hay tres cuentos de otros tantos personajes femeninos que derivan hacia lo fantástico, nos hemos ido unas narrativas muy estrambóticas. El espectáculo tiene una estructura muy compleja pero está planteado como una especie de vodevil.

Podemos decir, entonces, que las líneas entre la realidad y la ficción están más difusas que nunca.
Están totalmente difusas. Hemos accedido a la realidad a través de la ficción. El espectáculo pretende ser en sí mismo un manifiesto sobre cómo el teatro construye ficciones. El otro día decía el autor, Fernando Delgado-Hierro, que la obra parece un libro de cuentos al que un niño le ha arrancado las hojas y solo han quedado estos fragmentos. La idea de acceder a la realidad a través de la ficción es diametralmente opuesta a lo que habíamos hecho anteriormente, precisamente hemos descubierto que a través de la proliferación de personajes los actores acaban apareciendo mucho más, hay un juego muy interesante que al mismo tiempo es muy clásico.

En el cartel aparece la siguiente frase: "Para seguir siendo creíbles hay que alimentar nuestra propia ficción".

Viene un poco conectada con esta idea: qué somos sino el producto de nuestras fantasías e ilusiones. En este mundo de las redes sociales, donde estamos tan sujetos a la imagen y debemos estar constantemente pensando en la imagen qué transmitimos, haces una descripción de ti mismo, por lo que en este plano identitario, para ser más uno mismo a lo mejor hay que alimentar tu propia ficción.

¿Está matando a la imaginación toda esta dictadura de las redes sociales?
Quizás hay algo de esto, la hipervisibilidad en la que estamos sumergidos no es que compita sino que le gana terreno a la imaginación, dicho de otra manera, la línea entre lo que era ficción y lo que es realidad se ha movido, se ha difuminado mucho. Lo vemos mucho en el terreno de la información, noticias falsas pasan por veraces, algo que también ocurre en el ámbito de las creencias porque la verdad es una cuestión subjetiva, tu verdad se convierte en un criterio, una opinión y no en algo basado en un hecho demostrable, científico. Estas grandes verdades, como la idea de justicia, hay cierto relativismo que viene de la mano con el mundo en el que estamos, también hay una crisis de los valores. En el espectáculo no hemos querido hablar de las redes, pero de algún modo ese mundo está ahí.

¿Qué poso te gustaría que dejara en el espectador este montaje?
Me encantaría que saliera energetizado, habiendo tenido una experiencia muy lúdica, muy divertida, un poco sorprendente, como no es un espectáculo con planteamiento, nudo y desenlace, todo gira en torno a las sorpresas que va teniendo en cuanto a quién entra en escena, algo que te puede sorprender o descolocar e incluso divertirte. De primeras hay una sensación de "qué bien lo he pasado", y luego el espectáculo da en las siguientes horas o días para ir desgranando qué has visto, es un rasgo que tanto a Fernando como a mí nos gusta, ser muy accesible, muy popular en el sentido más noble de la palabra, no hacemos espectáculos crípticos, pero que tienen luego una carga más profunda de lo que parece, aunque llegue con retardo.

Normalmente estamos acostumbrados a que una compañía trabaje con un texto previamente escrito, aquí no. ¿Cómo es el proceso posterior?
Ese es un rasgo de la compañía, si nos distinguimos es porque creemos en un trabajo de creación donde todo (espacio, dramaturgia...) se va creando a la vez, eso aporta un sentido de unidad. Otras formas escénicas como la danza tienen este rasgo de una forma más evidente. En el mundo del teatro el texto está en una posición de privilegio, normalmente no te lanzas a montar la obra sin tener el texto; nosotros, sí, nos metemos en una sala para trabajar con la idea en bruto. A través de metodologías de creación generamos laboratorios donde exploramos, improvisamos, todo el mundo tiene la oportunidad de traer por escrito sus reflexiones, y se crea una especie de gran cerebro colectivo, como si todo el mundo se viera afectado por el virus de la función, incluido el dramaturgo, Fernando Delgado-Hierro. Después de un primer laboratorio de diez días, en el siguiente encuentro ya había escrito cosas, todo pasa por varios estadios. Lo bonito de este espectáculo es que el texto por sí mismo, aunque tiene un orden, se completa con la parte escénica, es como un doble proceso. Es complejo, da miedo, no sabes hacia dónde vas y tienes una fecha de estreno, estamos en los Teatros del Canal, que es una gran oportunidad y un lugar que impone, pero que al mismo tiempo de hace pensar qué riesgo quieres correr, cómo de valientes somos. Estos procesos te ayudan a ser valiente, te colocan en un lugar donde no puedes especular, hay que ser coherentes y cuidar el proceso, el viaje que venimos haciendo.

Un estreno siempre conlleva nervios. ¿Se incrementa esa sensación por el hecho de que la puesta de largo sea en Teatros del Canal?
Justamente. Tanto Fernando como yo somos actores, nos hemos acercado a la creación por necesidad o por gusto, estamos acostumbrados a vivir muchos estrenos como actores, menos como creadores. De repente, en tres o cuatro años, hemos conseguido que nos apoyen y nos programen aquí, es una coproducción con Teatros del Canal. Cuando lo has conseguido porque el trabajo anterior ha gustado, es una responsabilidad seguir siendo coherente con lo que estás haciendo, defenderlo con el riesgo que supone estar en Teatros del Canal, que están entre los tres más importantes de España. Sí, genera vértigo, y al mismo tiempo una sensación de mucha gratitud. Por eso defendemos a muerte lo que estamos haciendo. Tenemos muchas ganas de compartirlo con el público, es un espectáculo que necesita de la gente, lo que va a pasar estos días va a ser muy emocionante.

Prácticamente el reparto es la base del que estuvo en 'Cluster'. ¿Cómo ayuda esa complicidad previa?

Eso es todo, ayuda muchísimo. Hay tres personas que estuvieron en 'Cluster' y no pudieron estar en este espectáculo, Ángel Peraba, sigue asociado en este montaje, pero tanto Pablo Chaves como Néstor Roldán tenían otras historias. Para mí es la otra cara de ese proceso, de alguna manera es una reacción a 'Cluster', por eso era importante que las personas que vivieron aquello fueran las que estuvieran aquí. La manera de trabajar, la sensibilidad, la creatividad... el trabajo debe hacerse desde las compañías, se pueden acceder a otra relación artística cuando tienes una familia en el sentido teatral. En todos los referentes en los que me apoyo, como Animalario o Kamikaze, casi todos los grandes directores acaban trabajando con su grupo de gente. En ese espacio de complicidad también hay una facilidad para decirnos lo bueno y lo malo, cuando hay un problema lo hablamos abiertamente, es otra relación comunicativa. Con Fernando dejamos espacio al desacuerdo, nos abrimos a la discusión, cuando trabajas con alguien con quien no tienes tanta confianza vas más de puntillas.

¿Qué crecimiento notas entre la compañía en estos procesos creativos?

Hemos incorporado a Macarena Sanz porque Belén de Santiago se quedó embarazada, aunque en realidad es como si las dos actrices hubieran creado el mismo material. Pero Macarena, que ha llegado desde fuera, sintió desde el principio una gran capacidad de integración y qué ambiente tan coral. Ahí te das cuenta de todo lo que tenemos ganado. Las cuatro actrices y Javier Ballesteros tienen un talento enorme, es como tener en la parrilla de la Fórmula 1 a cinco campeones. Sabemos cuáles son los puntos fuertes de cada uno y en qué puntos pueden encontrar más resistencia. He querido llevar a este grupo a un espacio mucho más coral todavía, es un espectáculo tan fragmentado y pasan tantos personajes que nos lleva a ello, no se puede ensayar sin que estén todos. Es un terreno que no estamos tan habituados a ver. Hay un salto cualitativo que supera las individualidades. Con esta mecánica tan fuerte y los numerosos cambios de personajes, necesitas mucha complicidad. Ahí he visto una evolución muy fuerte, hay algo muy honesto, el grupo trabaja por el grupo sin estar secuestrado por él, lo que coloca al actriz y al actor en un lugar donde puede explorar distintas presencias.

Con 'Cluster' estuvisteis en el Festival Internacional de Badajoz. ¿Tenéis idea sobre la vida posterior de 'Ficciones' más allá de Teatros del Canal?
Deseo que este espectáculo se mueva mucho, puede enganchar con el gran público muy bien porque creo que es cercano, es divertido, tiene enjundia y es algo atípico, en el buen sentido de la palabra. Es una nueva creación, 100% española, hay sensibilidad, no tenemos que esperar a que vengan ingleses o franceses a decirnos que nuestros espectáculos están muy bien, hay muchas compañías que estamos haciendo trabajos donde reivindicamos no una revolución, sino una ampliación de determinados paradigmas. Yo, que soy de Úbeda, Jaén, me encantaría llevarlo para allá, ir al norte... tenemos que hacerlo en todos los lados, porque tiene esa vocación, no es elitista ni aislado, queremos gustar a todos, estamos en un lugar intermedio entre lo clásico y la vanguardia que creo que también es necesario.

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