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Gente en León

Un amigo de León

El comprometido Fermín Carnero

Quiero dedicarte esta columna desde el observatorio que los años de conocimiento y trato contigo me han conferido.Te conocí por los años sesenta, cuando varios amigos formábamos parte del Club Forecu que, por aquel entonces, canalizaba las inquietudes de muchos jóvenes a la hora de materializar las aficiones permitidas

Archivado en: Maximino Cañón, Fermín Carnero, UGT, Telefónica, Vidriera Leonesa

Maximino Cañón
14/6/2013 - 03:30

Entre otras cosas teníamos teatro, sesiones de cine forum así como equipos masculinos y femenino de baloncesto, balonmano y hasta de voleibol, deporte este último poco arraigado en nuestra provincia y que, por cierto, creo, que hasta tú practicabas, defendiendo los colores de la empresa a la que pertenecías y que entonces tanto se prodigaba estimulando y patrocinando la cultura y los deportes como ninguna otra. Me refiero a la difuminada TELEFÓNICA. Sin lugar a dudas, fuiste un ‘líder' comprometido que empujaba como ninguno a la participación en todas aquellas actividades. Colaboraste haciendo, mejor dicho, dibujando unos llamativos carteles para anunciar los partidos que el domingo íbamos a jugar, por supuesto de manera altruista y por pura amistad, haciéndonos sentir importantes al ver nuestro nombre reflejado en los carteles que Fermín nos regalaba cada semana. Aún recuerdo cómo mi amigo y desaparecido Albino, el del ‘Bar Acuarium', me enseñaba orgulloso los carteles que Fermín le dibujaba para anunciar nuestras actividades. Así te conocí y, en parte, así quiero recordarte. Viviste en mi calle, quiero decir en la que pasé parte de mi vida, en la plaza de Renueva. Después en labores, digamos más serias, profesionales y comprometidas para ambos, tuvimos importantes y decisivos encuentros. Tú, defendiendo a tu querida UGT y yo a la también querida empresa en la que como jefe de personal trabajaba, VIDRIERA LEONESA, SA, pero llegando siempre a soluciones placenteras para empresa y trabajadores. Y seguimos siendo amigos. Ambos tuvimos experiencias políticas (tú más que yo) y dimos lo que sentíamos, pero sin traicionar ninguno a nuestros principios. Independiente de los merecidos reconocimientos y masiva despedida que tuviste; tú, para mí, siempre fuiste una buena persona, desinteresada y con la que pude llegar a buenos acuerdos, sin olvidar el origen de nuestra amistad o, dicho de otra forma, a aquel delineante que desde su querida Asturias desembarcó en León y que, simplemente, se llamaba ‘Fermín'.

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