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Gente en León

hecho a mano

Mundos viejos

Casi nada es lo que era. Muchas cosas han cambiado, otras tantas se perdieron. Cuando algo muere se va con ello un gran patrimonio de nuestra memoria. De antemano, perdón por la nostalgia. Hablaba de esto hace poco con TM y recordábamos algunos oficios extintos (mientras surgen otras tareas emocionantes y de futuro, como fotografiar nubes para Facebook y cosas así). Adiós al cobrador de la luz, del agua, del autocar... Tipos muy conocidos que a su vez habían tratado a mucha gente.

Archivado en: Javiear Cuesta, contadores inteligentes

Javier Cuesta
27/5/2016 - 04:40

Todavía patea la calle, por poco tiempo, alguien que lee contadores de la luz. Una figura a la que le quedan tres telediarios gracias a los nuevos equipos telegestionables impuestos por un Gobierno cómplice con las grandes compañías eléctricas. Esos contadores instalados en régimen de monopolio, de dudosa fiabilidad en su medición ya que pueden ser manipulados por la empresa desde su centro de control. Esa tecnología nociva para la salud porque emite ondas sin interrupción. Ese trasto que invade la privacidad, facilitando datos detallados sobre nuestra actividad diaria en el domicilio. Y lo dicho: aparatos que eliminan puestos de trabajo, del operario que antes anotaba los consumos. Como se ve, todo ventajas para el ciudadano.

Pues bien, a punto de que los llamados 'contadores inteligentes' le manden para casa, previo paso por el Ecyl, uno de esos lectores de la luz me decía no hace mucho, entre sincero e ingenuo: "... si es que vas por León y ya no ves una chica joven a la que soltar un piropo". Le salió del alma su confesión y me acordé de él cuando aparecieron noticias recientes de nuestro geriátrico. Al descenso de nacimientos se añaden otros datos alarmantes: doce mil jóvenes leoneses emigrados en los últimos ocho años, ciudad española de más de cien mil habitantes con la actividad juvenil más baja y penúltima provincia del país en dinamismo laboral. La previsión es que aquí en apenas tres décadas la mitad de la población tenga por encima de los 65 años.

La cosa tiene su gracia, aunque amarga. León, vieja ciudad de viejos con contadores nuevos; parada ciudad de parados que no tienen a quien piropear. Luego pensé que mejor así para mi amigo, sin jóvenes estupendas a las que soltar un cumplido. Le podrían detener por ello ahora. Mejor así pero otro oficio que se acaba, el de 'creador de piropos ingeniosos'. Esta vez no ha sido el ministerio de Industria, sino el de Igualdad.

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