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Gente en León

De vez en cuando

La seguridad en el acto del Encuentro

Sin desmerecer los trabajos, actividades y desvelos del grueso de las cofradías y hermandades de la capital leonesa -de todas y cada una de ellas, como es natural- el acto del Encuentro en la Plaza Mayor, en la mañana de Viernes Santo, es -y no hay duda- el momento cumbre de cuantos se desarrollan dentro de la densa programación de las jornadas penitenciales.

Archivado en: Julio Cayón, Procesión del Encuentro, Cofradía del Dulcen Nombre de Jesús Nazareno, paapones, encuentro la virgen y san Juan

Julio Cayón
22/11/2019 - 03:30

Y ese acto, multitudinario, que se ha convertido en patrimonio sentimental de la ciudad, fue debatido hace unos días por la cofradía que lo organiza -la del Dulce Nombre de Jesús Nazareno- en formato de junta general de hermanos. Y se acordó modificarlo, de aligerarlo, de cambiar la configuración del sucedido evangélico -el encuentro entre la Virgen y San Juan-, con el fin de no dilatar, a mediodía, el regreso de la procesión a la iglesia de Santa Nonia, su punto de partida en la amanecida de la celebrada fecha católica.
Sin entrar a valorar si la decisión adoptada por los papones de Jesús -que lo fue por mayoría, no por unanimidad a propuesta de la junta de seises- es la adecuada -que, también, hubo opiniones para todos los gustos- lo que debe primar, dado los tiempos que corren, es la seguridad de las personas -actores y público- en un enclave que, por su antigua e histórica configuración urbana, podría convertirse en una ratonera si surgiera alguna incidencia. Ese debería ser el quid de la cuestión y nunca otro. Porque con la supresión -que también se acordó- del llamado ensanche -Ordoño II, Gil y Carrasco y Burgo Nuevo- en la segunda parte del cortejo, a continuación de la parada o descanso en la plaza de Santo Martino, ya se podría valorar un margen de ahorro horario más que importante. Que, en definitiva, era lo que se dilucidaba con la variación del Encuentro y del recorrido. El reloj.
Cosa distinta es cómo reaccionarán los inamovibles espectadores -que se cuentan por miles dado que, además, el evento se televisa- con la alteración del protocolo en la emotiva ceremonia urbana. Las opiniones -unas más altas que otras- ya se han dejado escuchar por la ciudad. Voces de los llamados ‘papones de acera' o seguidores incondicionales que, en su gran mayoría, no lo ven con buenos ojos. Y es así, porque muchísimos leoneses -quedó dicho- han incardinado El Encuentro en el ánima de sus vivencias e intimidades secretas. Sin embargo, antepóngase la seguridad a cualquier otro criterio. Y si la nueva opción cumple este rango, dese por bienvenida. Y déjese el horario como un fleco de la medida. Nada más.

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