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Apuntes de una alcaldesa

Termitas

Hace pocos días un vecino de una localidad del municipio de Gradefes, nos avisaba preocupado y constreñido, que habían descubierto termitas en su casa y necesitaba hacer una desinfección en toda regla. ¡¡Madre mía!! Después de ofrecerle todas las facilidades que están a nuestro alcance y solidarizarme con él, lo primero que se me pasó por la cabeza fue imaginar que todo un ejército de estos insectos podía zambullirse de lleno en otras viviendas y además de darse un gran festín, destrozar hogares a su paso sin piedad.

No suelo hablar mucho de política en este foro, porque pienso que los ciudadanos, en estos tiempos, están verdaderamente hartos, pero hay ocasiones en las que el sentimiento me pierde y, en este caso, digamos que me lo han puesto "a huevo", aprovechando el juego de similitudes que me provocan las termitas con la política (en algunas ocasiones).

En estos días nos estamos desayunando con los sueldos de los políticos. No entiendo cómo podemos consentir, y así lo manifiesto públicamente, que algunos concejales de Ayuntamientos con una deuda terrorífica (véase Madrid), sean capaces de meterse entre pecho y espalda la friolera de más de 100.000 € al año, (casi 17 millones de las antiguas pesetas), Consejeros de CCAA se acerquen e incluso sobrepasen esa cantidad, políticos que acumulan cargo tras cargo doblando ingresos sin remordimientos y los que además atenúan esta "crisis" adjudicándose un Complemento a mayores que les compense la pérdida de poder adquisitivo.

En lugar de solidarizarse con el resto del país y rebajarse seriamente sus emolumentos, los defienden con uñas y dientes justificando que la remuneración va en el cargo... eso sí, de la deuda ultramegamillonaria que se ocupen otros, o sea, el resto de ciudadanos.
No estoy diciendo que no se remuneren los cargos públicos, pero sí pidiendo que se normalicen y no se excedan. Al fin y al cabo, no son diferentes al resto de la población, por mucho que algunos se empeñen en ello.

Parece que nuestras particulares "termitas", van engordando poco a poco, organizándose en castas, siguiendo a la reina que es la de mayor tamaño y la que primero empieza a devorar, haciendo que poco a poco todos la sigan y absorban los recursos de la misma fuente hasta que se seque, si es que no somos capaces de exterminarlas antes. Reconozco que en muchas ocasiones estas actitudes lo que me provocan es un salto a la rebelión en masa por una sociedad en verdad más justa.

 

 

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Diario de una alcaldesa, Gradefes, termitas

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Ana Isabel Ferreras / alcaldesa de Gradefes
30/9/2011 - 01:11

Hace pocos días un vecino de una localidad del municipio de Gradefes, nos avisaba preocupado y constreñido, que habían descubierto termitas en su casa y necesitaba hacer una desinfección en toda regla. ¡¡Madre mía!! Después de ofrecerle todas las facilidades que están a nuestro alcance y solidarizarme con él, lo primero que se me pasó por la cabeza fue imaginar que todo un ejército de estos insectos podía zambullirse de lleno en otras viviendas y además de darse un gran festín, destrozar hogares a su paso sin piedad.

No suelo hablar mucho de política en este foro, porque pienso que los ciudadanos, en estos tiempos, están verdaderamente hartos, pero hay ocasiones en las que el sentimiento me pierde y, en este caso, digamos que me lo han puesto "a huevo", aprovechando el juego de similitudes que me provocan las termitas con la política (en algunas ocasiones).

En estos días nos estamos desayunando con los sueldos de los políticos. No entiendo cómo podemos consentir, y así lo manifiesto públicamente, que algunos concejales de Ayuntamientos con una deuda terrorífica (véase Madrid), sean capaces de meterse entre pecho y espalda la friolera de más de 100.000 € al año, (casi 17 millones de las antiguas pesetas), Consejeros de CCAA se acerquen e incluso sobrepasen esa cantidad, políticos que acumulan cargo tras cargo doblando ingresos sin remordimientos y los que además atenúan esta "crisis" adjudicándose un Complemento a mayores que les compense la pérdida de poder adquisitivo.

En lugar de solidarizarse con el resto del país y rebajarse seriamente sus emolumentos, los defienden con uñas y dientes justificando que la remuneración va en el cargo... eso sí, de la deuda ultramegamillonaria que se ocupen otros, o sea, el resto de ciudadanos.
No estoy diciendo que no se remuneren los cargos públicos, pero sí pidiendo que se normalicen y no se excedan. Al fin y al cabo, no son diferentes al resto de la población, por mucho que algunos se empeñen en ello.

Parece que nuestras particulares "termitas", van engordando poco a poco, organizándose en castas, siguiendo a la reina que es la de mayor tamaño y la que primero empieza a devorar, haciendo que poco a poco todos la sigan y absorban los recursos de la misma fuente hasta que se seque, si es que no somos capaces de exterminarlas antes. Reconozco que en muchas ocasiones estas actitudes lo que me provocan es un salto a la rebelión en masa por una sociedad en verdad más justa.

 

 

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